lunes, 30 de diciembre de 2019

Siete características fundacionales de la iglesia (parte 2.4 continuación)



Tema: Siete características fundacionales de la iglesia (parte 2.4 continuación)

Base bíblica: Mateo 16:18; Juan 9, 10 y 17; Ezequiel 34


Breve resumen del domingo, 22 de diciembre de 2019

El domingo pasado continuamos en la exposición del segundo fundamento de la iglesia; Jesús es el Señor de la iglesia. Este fundamento se halla en la afirmación “mi iglesia” en Mateo 16:18 y significa que ella le pertenece a Jesús y que es una.

Examinamos en 1 Pedro 1 y 2 lo concerniente a la iglesia, resumido brevemente, a continuación:

1- Jesús es la piedra angular o el fundamento de la iglesia profetizada en el Antiguo Testamento.

2- Todos los que creen son piedras del nuevo templo o pueblo de Dios.

3- El nuevo templo de Dios en Jesucristo está constituido por los judíos y gentiles salvos en igualdad.

Propósito del mensaje del domingo, 29 de diciembre de 2019

Mostrar a través del apóstol Juan que la iglesia representa la totalidad del pueblo profetizado que sería salvo a través del hijo de David o el Mesías y que en dicho pueblo ya estaban incluidos los gentiles.

Exposición de la palabra

(Juan 10:1 al 6) - 1 De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador. 2 Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es. 3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 6 Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

Para comprender la alegoría presentada en Juan 10 por Jesús, es necesario entender lo siguiente:

1- ¿Qué es una alegoría?

Una alegoría es una figura literaria del lenguaje empleada para expresar pensamientos abstractos bajo formas ilustradas. Es una especie de metáfora extensa que se presenta como narración. A diferencia de la parábola, donde todos los componentes en la narración se unen para ilustrar la idea central del mensaje, en la alegoría, los diferentes componentes tienen significado por separado, aunque siempre unidos a la enseñanza. Ejemplos de la literatura alegórica la vemos en el Progreso del Peregrino y la Divina Comedia.

2- El contexto inmediato

El contexto inmediato de la alegoría no se encuentra en Juan 10, sino en Juan 9, por cuanto es preciso partir de lo acontecido allí para entender la ilustración. Es por esta razón, que en Juan 10:21 algunos preguntaron: “… ¿Puede acaso el demonio abrir los ojos de los ciegos?”.

En Juan 9, Jesús había sanado a un ciego de nacimiento. Su condición era interpretada como el resultado de algún pecado. La sanación se llevó a cabo un sábado, lo que provocó la ira de los fariseos, por entender que se había violado la ley del sábado. Los fariseos condujeron un interrogatorio intenso, que terminó con la expulsión del que antes había sido ciego de la sinagoga. Posteriormente, Jesús se presenta ante el hombre que había sanado, declarándole que él era el Hijo de Dios. Acto seguido, el que antes había sido ciego le expresó creer en él y le adoró. Juan 9 finaliza con la declaración de Jesús de haber venido al mundo para juicio, para que los que no veían, vieran y los que veían, fueran cegados.

3- La referencia a Ezequiel 34

La alegoría presentada en Juan 10 debe también ser entendida a la luz de Ezequiel 34 porque Jesús afirmó ser el cumplimiento del buen pastor profetizado de la casa de David, que vendría a traer salvación a las ovejas escogidas por gracia.

(Ezequiel 34:1 al 6) - 1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? 3 Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. 4 No fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia. 5 Y andan errantes por falta de pastor, y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado. 6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase por ellas.

Dios anunció a través del profeta Ezequiel que él mismo iría a salvar a sus ovejas, pues los pastores o líderes habían fallado en cumplir con su trabajo.

(Ezequiel 34:11 al 12) – 11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad.

¿Cómo Dios libraría a sus ovejas?  Ezequiel 34:22 al 34 señala que la obra sería realizada a través de un pastor de la casa de David, el Mesías, Jesús en Juan 10:11 y 14.

(Ezequiel 34:22 al 24) – 22 Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado.

¿A quiénes representan las ovejas en Ezequiel? Ezequiel 34:30 al 31 expone que representaban a aquellos que serían salvos.

(Ezequiel 34:30 al 31) – 30 Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. 31 Y vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo vuestro Dios, dice Jehová el Señor.

Jesús, en Juan 10 da a conocer que él es el buen pastor de Ezequiel 34 y que llamaría a salvación de los gentiles a dicho rebaño.

(Juan 10:14 al 16) 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen, 15 así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas. 16 *También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

El comentarista Alfred Edersheim, un judío cristiano, destaca lo siguiente:

¡Por las ovejas que son mías, a las cuales yo conozco, y para las cuales pongo mi vida! Pero estas ovejas no son sólo las «de este redil», no todas son del «redil» judío, sino también las hay esparcidas entre los gentiles. Éstas tienen todas las características del rebaño: son suyas, oyen su voz, pero hasta aquí se hallan fuera del redil. A éstas el Buen Pastor «debe guiar», y, como evidencia de que son suyas, cuando Él las llama y Él va delante de ellas, ellas oirán su voz y de este modo, ¡oh gloriosa consumación!, «habrá un solo rebaño y un solo pastor». Y así se ha logrado el gran objetivo del Antiguo Testamento, y «las buenas nuevas de gran gozo», que proceden de Israel, «son para todo el pueblo». El Reino de David, que es el Reino de Dios, es establecido sobre la tierra y abierto a todos los creyentes. No podemos por menos que tomar nota –aunque parece casi detraer de ello– de lo diferente de las ideas judías que es este reinado con el Rey-Pastor, que conoce y que pone su vida por las ovejas, y que guía a los gentiles no a la sumisión ni a la inferioridad, sino a una igualdad de fe y de privilegios, quitando a los judíos de su redil especial y guiando a los gentiles, y haciendo de ambos «un solo rebaño».[1]

Se desprende de Juan 10:14 al 16 lo que sigue:

1- Jesús es el buen pastor enviado por el Padre. Es irrefutable que las ovejas en Juan 10 son las ovejas de Ezequiel 34.

2- Jesús no viene a hacer ovejas, viene a buscar las ovejas que eligió, aquellas que el Padre le entregó para redimirlas.

3- Las ovejas representan al remanente profetizado que sería salvo en los días del Mesías. Siendo Juan 10 el cumplimiento de Ezequiel 34, no podemos concluir que las ovejas a las que se refiere Jesús sean de un rebaño diferente.

4- Las “otras ovejas” de otro redil, es una referencia a los gentiles que serían llamados a salvación.

5- La afirmación “habrá de un rebaño y un pastor” significa que la salvación es únicamente a través de Jesús y que los judíos y los gentiles salvos por gracia son el rebaño del buen pastor.

(Juan 10:24 al 30) – 24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre uno somos.

Juan 10:24 al 30 expone que:

1- Jesús es el Cristo o el hijo de David de Ezequiel 34:23 al 24.

2- Únicamente las ovejas que Jesús escogió oirán su voz para salvación.

3- Jesús vino a darle vida eterna a sus ovejas.

4- Ninguno de los elegidos quedará fuera del rebaño o se perderá.

5- Las ovejas le fueron dadas por el Padre.

Juan 17 corrobora que los creyentes u ovejas le fueron dadas por el Padre.

(v. 2) como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.
(v. 6) He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra.
(v. 9) Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
(v. 11) Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
(v. 12) Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
(v. 24) Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.

Juan 17 al igual que Juan 10 muestran la unidad de los santos en la persona de Dios Hijo, de acuerdo con la voluntad de Dios Padre.

(Juan 17:18 al 22) – 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. 20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, 21 para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Conclusión:

Concluimos que Dios Padre escogió salvar a un pueblo por gracia. Que dicho pueblo fue separado por Dios desde antes de la fundación del mundo, como lo enseña Juan. Que la iglesia representa a todos los redimidos a través de todos los tiempos, mediante la fe en la obra redentora de Dios Hijo, Jesucristo y que todos y cada uno de ellos son llamados eficazmente a su debido tiempo para salvación por medio de la acción u obra de Dios Espíritu Santo.



[1] Edersheim, Alfred. Comentario Bíblico Histórico (Spanish Edition) (Kindle Locations 47176-47185). Editorial CLIE. Kindle Edition.

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