Hoy, los cristianos se enfrentan al reto de ser llamados intolerantes, fundamentalistas, fanáticos, mientras que a su vez, sus creencias son vistas como discriminatorias y a sus feligreses como gente con fobia y promotores de odio. Que un inconverso piense de esta manera no debería de alarmarnos, pero sí de una parte del liderato cristiano pudiera tratarse, debería alarmarnos.
pastor Gilberto Rufat
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