"Pero él negó otra vez con juramento: No conozco al hombre." (Mateo 26:72)
La negación de Pedro no es única, ya que todos, de alguna u otra manera negamos a Jesús. Sin embargo, el verdadero creyente no puede hacerlo sin que ello le moleste, pues el Espíritu Santo de Dios que habita en él, le redarguye de pecado y por ende, no puede perseverar por mucho tiempo en el (pecado).
Es evidente en las Escrituras, que no sólo Jesús sabía que Pedro le negaría, sino que la negación también se dió en el momento en que de palabras (y no dudo que de todo corazón), Pedro afirmara su compromiso y lealtad a Jesús.
El diablo buscará detener nuestro compromiso y entrega al evangelio. Así que, debemos permanecer firmes y confiar en que Jesús así como con Pedro, ya ha rogado al Padre que nuestra fe no decaiga y una vez restaurados, seamos de bendición y ejemplo a nuestros hermanos en la fe.
Las caídas son parte del crecimiento, pero no obstante, pueden dejar grandes huellas. Caminemos de tal manera que otros puedan darse cuenta que somos seguidores de Jesús. No perdamos un día más para testificar públicamente de nuestra relación con él.
pastor Gilberto Rufat
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