jueves, 15 de octubre de 2015

¿Enseña Génesis 12:7 que el pacto de Dios con Abraham era exclusivo para los judíos?




¿Enseña Génesis 12:7 que el pacto de Dios con Abraham era exclusivo para los judíos?

por: Pastor Gilberto Rufat


Introducción

La escatología dispensacionalista pretribulacionista descansa totalmente en la interpretación de la promesa dada a Abraham en Génesis 12:2-3 y 7. Según esta interpretación escatológica, dicha promesa se sostiene en un pacto incondicional de Dios hacia lo que hoy llamamos el pueblo de Israel. El argumento utilizado es que Dios escogió a Israel como nación sobre las demás naciones de la tierra. Por consiguiente, los seguidores de esta posición entienden que todos los descendientes de Abraham en la carne son herederos e hijos de la promesa hecha a Abraham.

El problema con esta posición consiste en que su interpretación de Génesis 12:7 (Israel como el pueblo exclusivo de Dios), no es consistente con otros escritos de la Biblia. Recordemos, que lo que llamamos la Biblia es la compilación de 66 libros reconocidos como divinamente inspirados. De manera, que para presentar una interpretación como correcta debe tener congruencia, consistencia y correspondencia con los demás escritos. Pues de no ser así, la Biblia entraría en materia de contradicción y si entrara en materia de contradicción, habría la sospecha de que no es de inspiración divina.

Una buena hermenéutica no puede violar el principio de que la Escritura se interprete a sí misma. Pretendemos demostrar que al menos tres cartas del Nuevo Testamento refutan contundentemente la interpretación de exclusividad judía; la carta a los Romanos, a los Gálatas y a los Efesios, respectivamente. Mostraremos bíblicamente que el pueblo elegido por Dios se remonta a tiempos antes de Abraham y que no se limita a Israel.


Problemas teológicos con la carta a los Gálatas:  

1- Gálatas 3:16 expone que la simiente a quien fue hecha la promesa no fue a los hijos de Abraham, sino a Cristo.

Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo. (Gálatas 3:16)

Observe, que Pablo llama la atención de los destinatarios hacia Génesis 12:7, que es interpretado no como refiriéndose a las simientes en plural (a todos los descendientes de Abraham), sino a la simiente en singular, Cristo.

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3:15)

La simiente en Génesis 3:15 es Cristo. Por lo tanto, Abraham recibió la confirmación de aquella promesa de redención previamente anunciada después de la caída (Gn. 3:15). La misma establecía que de la simiente de la mujer nacería un varón que le aplastaría la cabeza a la serpiente, esto es, un Salvador.


2- Gálatas 3:16-17 enseña que Abraham sería ejemplo de los que habrían de creer.

Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia. Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham. (Gálatas 3:6-7)

Abraham es presentado como ejemplo de cómo los herederos recibirían la promesa (por medio de la fe) y no como el recipiente o el medio de tal promesa. La Escritura explícitamente expone que Abraham no hizo nada para salvarse, pues servía a dioses extraños en Ur de los caldeos (Gn. 11: 27-31).

dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños. Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di Isaac. (Josué 24:2-3)

En Romanos 4, Pablo toca este mismo punto cuando expone que Abraham no tenía nada de qué gloriarse por su salvación.   

¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿qué dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. (Romanos 4:1-3)

Porque no por la ley fue dada a Abraham o a su descendencia la promesa de que sería heredero del mundo, sino por la justicia de la fe. Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta la fe, y anulada la promesa. Pues la ley produce ira; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresión. Por tanto, es por fe, para que sea por gracia, a fin de que la promesa sea firme para toda su descendencia; no solamente para la que es de la ley, sino también para la que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros. (Romanos 4:13-16)

Pablo muestra que Abraham fue justificado sin la ley, pues ésta como le fue dada a Moisés, vino 430 años después (Gá. 3:17). Observe que nuevamente la Biblia demuestra que todos los que creen (los de fe) son hijos de Abraham. No en el sentido de que reciben alguna gracia o promesa a través de Abraham, pues ya Pablo presentó que la simiente mediante la cual alcanzarían la promesa es Cristo (Gá. 3:16). Por ende, Abraham es padre de todos los que creen y no de todos los descendientes de Israel (Ro. 9:6-7). Sería una contradicción decir que Israel como nación, habiendo rechazado y sentenciado a muerte a la simiente, la cual es el Cristo, pueda salvarse.

Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos. (Hechos 4:12)

Los pretribulacionistas dispensacionalistas tienen un enorme problema teológico con la carta a los Gálatas, puesto que categóricamente aseveran que sólo los de fe serán contados como herederos y no todos los nacidos de Abraham.

De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham. Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. (Gálatas 3:9-14)


3- Gálatas 3:8 enseña que la Escritura mostró de antemano en Génesis 12:3 que los gentiles serían herederos de la promesa hecha a Abraham.

Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. (Gálatas 3:8)

Pablo está haciendo referencia a Génesis 12:3.

Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra. (Génesis 12:3)

Si la Biblia interpreta en Gálatas 3:8 a Génesis 12:3 no como una promesa exclusiva para los judíos, sino para todos los que creerían de los gentiles, entonces, ¿cómo pretenden algunos interpretar Génesis 12:3 de una manera diferente?   


4- Gálatas 4:21-29 es una alegoría que presenta que Dios tiene únicamente hijos mediante la promesa.  

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley? Porque está escrito que Abraham tuvo DOS HIJOS; uno de la esclava, el otro de la libre. Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa. Lo cual es una alegoría, pues ESTAS MUJERES SON LOS DOS PACTOS; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar. Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud. Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre. Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora. (Gálatas 4:21-29)

Dos mujeres:

Las dos mujeres de Abraham representan dos pactos; el pacto de la ley y el pacto de la gracia. El pacto de la ley nunca tuvo como propósito salvar a nadie, pues su propósito exclusivo era conducir a los elegidos a Cristo.

De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. (Gá. 3:24).

Dos hijos:

La referencia a dos hijos es a los primeros dos primeros hijos de Abraham, no que Dios tenga dos clases de hijos; los de la ley y los de la promesa. Éstos representan a los que se pierden; los que no heredaron la promesa, los de la ley y los hijos de la promesa; los hijos de la fe, los que heredan la promesa, esto es, los que se salvan. Por cuanto la ley no produce hijos.

sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. (Gálatas 2:16)

Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe vivirá; y la ley no es de fe, sino que dice: El que hiciere estas cosas vivirá por ellas. (Gálatas 3:11-12)

Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. (Santiago 2:10)

Conclusión de la Alegoría:

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre. De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre. (Gálatas 4:30-31)

Mas ¿qué dice la Escritura? Que no existen dos pactos, por cuanto siempre ha habido un sólo pacto, el de la promesa hecha a la simiente, la cual es Cristo (3:16).

Si todos los hijos de Abraham fueran participantes de la promesa, entonces los hijos de Agar también serían herederos de la promesa. Esto es contrario a la explicación de la alegoría resultando en un problema y en una contradicción, pues siendo así, los hijos de Ismael, los árabes, también serían herederos del pacto.


Problemas teológicos con la carta a los Romanos: 

5- Romanos 4 expone que la razón por la cual Abraham fue llamado a la fe siendo incircunciso, fue para mostrar de antemano que éste también sería padre de los gentiles que creen.

¿Es, pues, esta bienaventuranza solamente para los de la circuncisión, o también para los de la incircuncisión? Porque decimos que a Abraham le fue contada la fe por justicia. ¿Cómo, pues, le fue contada? ¿Estando en la circuncisión, o en la incircuncisión? No en la circuncisión, sino en la incircuncisión. Y recibió la circuncisión como señal, como sello de la justicia de la fe que tuvo estando aún incircunciso; para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; y padre de la circuncisión, para los que no solamente son de la circuncisión, sino que también siguen las pisadas de la fe que tuvo nuestro padre Abraham antes de ser circuncidado. (Romanos 4:9-12)

La referencia a creyentes no circuncidados es una obvia y clara referencia a los gentiles. De forma tal, que vemos una vez más, que Abraham sería el padre de todos los que creen, no de todos de los que descienden de Israel.


6- Romanos 9:6-8 presenta con toda claridad que únicamente los elegidos dentro de Israel como nación serían salvos.

No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.  (Romanos 9:6-8)

Pablo testifica que la salvación siempre ha sido por gracia por medio de la fe, por la cual siempre ha sido salvo un remanente.

Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. ¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos.” (Romanos 11:5-7)

Sólo los escogidos dentro de la nación de Israel participarían (Ro. 11:26) de la promesa de salvación hecha a Abraham y no todos sus descendientes.


7- Romanos 11:11-24 enseña que todos los elegidos (judíos o gentiles) forman parte de un mismo olivo.

Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, SIENDO OLIVO SILVESTRE, HAS SIDO INJERTADO EN LUGAR DE ELLAS, Y HAS SIDO HECHO PARTICIPANTE DE LA RAÍZ Y DE LA RICA SAVIA DEL OLIVO, NO TE JACTES CONTRA LAS RAMAS; Y SI TE JACTAS, SABE QUE NO SUSTENTAS TÚ A LA RAÍZ, SINO LA RAÍZ A TI. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si TÚ FUISTE CORTADO DEL QUE POR NATURALEZA ES OLIVO SILVESTRE, Y CONTRA NATURALEZA FUISTE INJERTADO EN EL BUEN OLIVO, ¿cuánto más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? (Romanos 11:11-24)

Pablo no presenta aquí la teología de reemplazo. Tampoco presenta que existan dos pactos, por cuanto enseña que en el plan eterno de Dios unos entrarían primero a salvación y luego otros, pero note que todos son injertados en mismo olivo, su pueblo. Además, explícitamente dice que los que se salvan, según el plan de Dios, son los de la fe. Por consiguiente, no existe tal cosa como que unos son salvados por ser simplemente descendientes de Abraham (ser judíos), mientras que otros lo son por creer en Jesucristo.


Problemas teológicos con la carta a los Efesios: 

8- Efesios 1:4 presenta que todos los elegidos fueron escogidos antes de la fundación del mundo.

según NOS ESCOGIÓ EN ÉL ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad. (Efesios 1:4-5)

La carta a los Efesios elimina la división pretribulacionista de que Dios tiene dos pueblos, aún cuando algunos quieran hacer malabares, para luego decir que formarán un solo pueblo. Los elegidos son un solo pueblo, pero llamados dentro del decreto de Dios a su debido tiempo (Ro. 11:30-36).

Efesios 1 enseña que todos los elegidos en Cristo (judíos o gentiles) son un solo pueblo, la iglesia. Por lo tanto, es insostenible presentar que Dios tenga dos pactos, pero que al final de la segunda venida de Jesucristo se unirán y formarán un solo pueblo, tal y como un conocido pastor enseña.

y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a LA IGLESIA, LA CUAL ES SU CUERPO, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo. (Efesios 1:22-23)


9- Efesios 2 confirma nuevamente que en Cristo, judíos y gentiles son un solo pueblo.

Porque él es nuestra paz, que DE AMBOS PUEBLOS HIZO UNO, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, PARA CREAR EN SÍ MISMO DE LOS DOS UN SOLO Y NUEVO HOMBRE, haciendo la paz, y mediante la cruz RECONCILIAR CON DIOS A AMBOS EN UN SOLO CUERPO, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque POR MEDIO DE ÉL LOS UNOS Y LOS OTROS TENEMOS ENTRADA POR UN MISMO ESPÍRITU AL PADRE. Así que ya NO SOIS EXTRANJEROS NI ADVENEDIZOS, SINO CONCIUDADANOS DE LOS SANTOS, Y MIEMBROS DE LA FAMILIA DE DIOS. (Efesios 2:14-19)

Efesios 2 se puede resumir de la siguiente manera:

1-      Judíos y gentiles en Cristo forman un solo pueblo (v.14).
2-      Son un solo hombre (v.15).
3-      Forman parte de un mismo cuerpo (v.16).
4-      Tienen entrada por un mismo Espíritu (v.18).
5-      Poseen una misma ciudadanía (v.19).
6-      Son parte de la misma familia de Dios (v.19).
7-      Son edificados como templo santo en el Señor (v.20).


10- Efesios 3 revela que el plan de salvación encerraba el misterio de que los gentiles serían coherederos y miembros del mismo cuerpo y participantes de la misma promesa.

misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu: que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio (Efesios 3:5-6)

Dicho misterio consiste en que los judíos y gentiles serían parte de un mismo cuerpo, como lo confirma una y otra vez, el capítulo dos de Efesios.


Conclusión:

Concluimos que la carta escrita a los Romanos, a los Gálatas y a los Efesios, elimina completamente la idea de que Génesis 12:7 representa una promesa de exclusividad hacia los judíos. También descarta la idea de que existan en la actualidad, dos pactos simultáneos de salvación; uno para los judíos y otro para la iglesia. Ya que, “…si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.” (Gálatas 3:29) La iglesia y sólo la iglesia es la esposa del cordero, no la querida (Ap. 19:6; 21:1y 9; 22:17; Ef. 5:25-26 y 32).

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