jueves, 19 de febrero de 2015

Salvos por medio de la fe - Efeisos 2:8-9


Pasaje para meditar:

"Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe." (Efesios 2:8-9)

Comentario:


Podemos decir que la salvación es considerada por casi todos los cristianos un acto de la gracia de Dios. Sin embargo, la gracia, según Efesios, es más que la intención de Dios o su deseo, pues es el acto por el cual Dios de manera soberana salvó a aquellos a los que él separó para sí mismo desde antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4).

Por consiguiente, la fe es un don de Dios para salvación. Piense, ¿qué es lo único entre la fe y la gracia (según Ef. 2:8) que jamás podría atribuírsele al ser humano? ¿La gracia? NO. La gracia es de Dios, sino la FE. De manera, que Pablo le está enseñando a los creyentes en Éfeso, que aun la fe salvadora no era de ellos, sino que se les había otorgado por gracia, como un don, a fin de que pudiesen abrazar la salvación.

Recuerde que los elegidos a salvación estaban muertos en sus delitos y pecados como los demás (Ef. 2:1). Por ende, la fe les fue otorgada como un don para que estos pudiesen creer en lo que Pablo llama el misterio de la voluntad de Dios (Ef. 1:8-9). Sin el don de la fe, nadie podría ser salvo (1Co. 2:7-10).

Es incorrecto decir que la fe es un acto de la voluntad humana que decide aceptar o rechazar el mensaje del evangelio porque los muertos espiritualmente no pueden decidir. Y si quisiéramos decir que este don (la fe) le fue dado a todos, lo cual es contrario al contexto, aun así tendríamos un problema mayor, ¿por qué muchas personas rechazan todo lo que proviene de Dios?

Conclusión:

2 Tesalonicenses 3:2 dice:  "y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe."

Ciertamente la fe no es de todos, pues es un don de Dios (Ro. 12:3) concedido únicamente a aquellos que por su misericordia y en su gracia serían llamados a salvación.

Rev. Gilberto Rufat

miércoles, 18 de febrero de 2015

Nos resucitó - Efesios 2:4-7


Lectura Bíblica:

"Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús." (Efesios 2:4-7)

Comentario:


El apóstol Pablo enseña en el capítulo dos de la carta a los Efesios, que sólo los elegidos son resucitados de la muerte espiritual en la que se encuentran por causa del pecado, para recibir la gracia salvadora, ya destinada mediante Cristo.

La Biblia muestra que el pecador está muerto con relación a todo lo espiritual, de manera que ni puede, ni quiere seguir a Cristo (Ro. 3:10-18). Además, la ley no podía salvarlo, por cuanto nunca fue dada como un medio de salvación (Gá. 3:17-19). De modo, que Pablo no exagera cuando expone que Dios les había resucitado para salvación.

Permítame hacerle una pregunta lógica, ¿cuándo acontece la resurrección espiritual en la obra de la salvación, antes o después de la salvación?

Lo muerto, muerto está. Así como el valle de los huesos secos (Ezq. 37:3-5), en el cual Dios le mostró al profeta Ezequiel que sólo mediante la intervención de éste y la operación de su Espíritu podía volver a la vida.

Por tanto, Lázaro, estando muerto, no podía responder al llamado de Jesús de salir de la tumba, sin que primero Dios le resucitase, pues los muertos no pueden responder.

Conclusión:

Las Sagradas Escrituras enseñan que sólo la intervención de Dios, puede cambiar el destino eterno de los hombres, que Cristo sería el mediador y el Espíritu Santo el agente regenerador, sin el cual, no existe posibilidad alguna de salvación.

La salvación en Efesios no sólo es presentada como gracia, sino que la misma salvación que fue operada en los elegidos, es llamada la gracia de Dios.

pastor Gilberto Rufat

martes, 17 de febrero de 2015

Éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás - Efesios 2:3




Pasaje a considerar:

"entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás." (Efesios 2:3)

Comentario:


Después de que Pablo hubiera expuesto las bendiciones de Dios sobre los elegidos (Ef. 1:3-14), en el capítulo dos enseña que fueron rescatados de entre los muertos. Por cuanto también, habían vivido en los deseos, la voluntad y los pensamientos de la carne y eran por naturaleza hijos de ira como los demás. Esto, para dejar claro que la elección se dio conforme a la soberana voluntad de Dios, sin intervención o mérito humano alguno.

Algunos cristianos creen que ellos son el resultado de haber tomado una decisión por Cristo, cuando el apóstol expone en el capítulo uno, que los elegidos fueron predestinados, esto es, separados por disposición divina únicamente. Pablo inicia el capítulo dos, presentando la razón del porqué Dios eligió. Porque si no lo hubiese hecho, todos nos hubiésemos perdido. Este punto lo vemos en la carta a los Romanos cuando dice:

" Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno." (Romanos 3:10-12)

El apóstol presenta de manera categórica, que no hubiera habido un solo hombre que por sí mismo hubiese buscado a Dios y hubiese podido vivir conforme a su voluntad. Por tal razón, Dios en su soberanía llamó a unos a salvación, a los cuales escogió según el designio de su voluntad en  Cristo.

Conclusión:

La salvación es el mayor regalo de la gracia de Dios, la que, no solamente no merecemos, sino que jamás la buscaríamos, pues esto es contrario a nuestra naturaleza caída. De modo, que Dios fue quien actuó en nosotros para recibir salvación. "Soli Deo Gloria"

pastor Gilberto Rufat

La Doctrina de la Predestinación - Efesios 1:1-14

lunes, 16 de febrero de 2015

Él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos - Efesios 2:1


Pasajes para meditar:

"Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.” (Efesios 2:1)

Comentario:


Dios estableció desde el principio de la creación que la paga del pecado sería la muerte (Gn. 2:17). El primer intento de encubrir el pecado en nosotros se dio en el Edén; en donde Adán y Eva se cubrieron, haciéndose delantales (Gn. 3:7). Pudiendo Dios juzgarlos conforme a su ley, tuvo de ellos misericordia, de modo, que vemos la gracia y el primer sacrificio o expiación en sustitución por el pecado. Pues la Biblia dice, que Dios los vistió de túnicas de pieles, las cuales él mismo les colocó (Gn. 3:21), después de haber dado la primera promesa mesiánica de que según en Adán todos caerían (el pecado alcanzaría a toda la humanidad), también de la simiente de una mujer vendría otro hombre que cambiaría el daño provocado por estos (Gn. 3:15; 1Co. 15:22).

La Biblia es clara en que los efectos de la primera caída o rebelión, nos afectó a todos y que de ahí en adelante, nuestra tendencia humana tiende al mal (Ro. 5:12). ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también, ¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer mal? (Jer. 13:23). Jesús lo dijo de esta manera: “No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.” (Mt. 7:18). Por ende, se necesita un cambio en el corazón del ser humano, para que éste pueda dar un fruto diferente o evidenciar un cambio en su vida, pues como dice Pablo, está muerto.

Conclusión:

El cristianismo no plantea el cómo gente mala puede pasar a ser gente buena, sino cómo gente muerta, puede volver a la vida. De ahí, que la salvación es un regalo que únicamente por la misericordia de Dios podemos obtener. “Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.” (Jn. 6:43-44). La salvación le pertenece a Dios.

Rev. Gilberto Rufat

sábado, 14 de febrero de 2015

Felicidades en el día de la amistad 2015


El Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él


Pasajes para meditar:

"no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él."
Efesios 1:16-17)

Comentario:


Dios nos llama a crecer en el conocimiento de su palabra (la Biblia). Él nos amonesta (He. 5:12) y aun nos advierte de los peligros de andar en ignorancia o de despreciar la palabra hablada por su Hijo Jesús (He. 2:1-4). ¿Por qué? Porque ella ha sido otorgada para ser nuestra regla de fe, autoridad y práctica.

Pablo estaba conciente de que el plan eterno de Dios debía ser dado a conocer a los santos, para que luego ellos, (la iglesia) lo dieran a conocer al mundo (Ef. 3:10). Por tal razón, Pablo oraba para que los creyentes en Éfeso fuesen iluminados por medio del Espíritu Santo y que pudieran comprender la magnitud de la grandeza del plan de Dios y de su amor hacia ellos (1:16-18).

Lamentablemente, nuestro cristianismo se ha vuelto uno de opiniones, emociones y posturas subjetivas. Nuestra cosmovisión o manera de ver, comprender y de vivir como cristianos, tiene que ser una  bíblica. Pablo creía en la oración, pero antes de orar para que los efesios crecieran en conocimiento, se dió a la tarea de poner por escrito las verdades más relevantes, a fin de que fuesen leídas, estudiadas y luego, puestas en práctica.

Conclusión:

Deberíamos estar más que agradecidos de que Dios no nos haya dejado en oscuridad en términos de nuestro origen, propósito, moral y destino. Es nuestra responsabilidad prestar la debida atención, respeto y estudio a la palabra de Dios.

La oración no sustituye la lectura ni el estudio de la Biblia, pero los complementa. Por medio de una oración, Pablo pidió que los efesios fuesen iluminados conforme a lo enseñado y revelado por medio de él a la iglesia.

pastor Gilberto Rufat

¿PUEDE UN CREYENTE PERDER SU SALVACIÓN, SEGÚN HEBREOS 6:4 AL 6?

  ¿PUEDE UN CREYENTE PERDER SU SALVACIÓN, SEGÚN HEBREOS 6:4 AL 6?    Base bíblica: Hebreos 6:4-6   “Porque es imposible que los que un...