La abominación desoladora (parte 3) - Mateo 24:15-22

Mensaje: La abominación desoladora (parte 3)

Base bíblica: Mateo 24:15-22

Introducción

Estudiamos en Mateo 24:1-3 las preguntas de los discípulos a Jesús relacionadas con la destrucción del templo, las que dan paso a la profecía del monte de los Olivos.

También, en Mateo 24:4-14 vimos las señales o los dolores de parto que precederían a la abominación desoladora en Daniel 9:26 y Daniel 12:11, que ocurrirían en el tiempo en el que el Hijo del Hombre tomaría su reino según establecido en Daniel 7:13-14.

Exposición del texto

15 Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),

Mateo 24:15 nos ubica en el libro de referencia que es necesario entender primeramente para poder interpretar correctamente la profecía del monte de los Olivos. El mismo es el libro de Daniel.  En Daniel 9:26 es donde se halla lo concerniente a la destrucción del templo en los días del cuarto Imperio, es decir, en los días del Imperio romano.

(Daniel 9:26) Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

16 entonces los que estén en Judea, huyan a los montes.

Es menester ver Mateo 24:16 a la luz de Lucas 21:20-22.

(Lucas 21:20-22) 20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.

Lucas 21:20-22 confirma que el escenario del juicio no es el mundo completo, sino que es la gran ciudad de Jerusalén, donde se encontraba el templo.

La afirmación de Jesús de que huyeran a los montes parecía no tener sentido, puesto que el lugar más seguro para un judío era la gran ciudad de Jerusalén. Lucas señala que Jesús los mandó a huir a los montes porque eran "días de retribución". Estos días de retribución provienen de Deuteronomio 32.

(Deuteronomio 32:35-41) 35 Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura. 36 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando viere que la fuerza pereció, Y que no queda ni siervo ni libre. 37 Y dirá: ¿Dónde están sus dioses, La roca en que se refugiaban; 38 Que comían la grosura de sus sacrificios, Y bebían el vino de sus libaciones? Levántense, que os ayuden Y os defiendan. 39 Ved ahora que yo, yo soy, Y no hay dioses conmigo; Yo hago morir, y yo hago vivir; Yo hiero, y yo sano; Y no hay quien pueda librar de mi mano. 40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano, Y diré: Vivo yo para siempre, 41 Si afilare mi reluciente espada, Y echare mano del juicio, Yo tomaré venganza de mis enemigos, Y daré la retribución a los que me aborrecen.

El contexto de Deuteronomio 32 proviene de las bendiciones y las maldiciones en Deuteronomio 28 en términos de la obediencia y la desobediencia a la ley. El juicio mencionado en Deuteronomio 32 no es contra el mundo, sino que es contra el pueblo de Israel por la violación del pacto mosaico.

Es importante señalar que el autor de la carta a los Hebreos les advirtió a los judíos creyentes que comenzaban a apartarse de la fe en Jesucristo que el día de retribución o de venganza estaba por suceder.

(Hebreos 10:30-39) 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! 32 Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; 33 por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. 34 Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos. 35 No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; 36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. 37 Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. 38 Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. 39 Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.

Es innegable e irrefutable que Hebreos 10:30 es una referencia a Deuteronomio 32:35-36.

(Deuteronomio 32:35-36) 35 Mía es la venganza y la retribución; A su tiempo su pie resbalará, Porque el día de su aflicción está cercano, Y lo que les está preparado se apresura. 36 Porque Jehová juzgará a su pueblo, Y por amor de sus siervos se arrepentirá, Cuando viere que la fuerza pereció, Y que no queda ni siervo ni libre.

Observe que el autor de Hebreos señala "porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará" (Hebreos 10:37), refiriéndose al día de venganza y retribución en Deuteronomio 32:35. El día de retribución o venganza en Deuteronomio 32:35-36 es el momento de la abominación desoladora en Mateo 24:15. Esto es el juicio contra la gran ciudad de Jerusalén.

17 El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18 y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19 Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20 Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;

Por lo que debían hacer cuando llegara el momento, se desprende que no se trataba del fin del mundo, por cuanto:

·         ¿Qué importancia tendría descender a la casa?

·         ¿Qué diferencia habría si una mujer estaba embarazada o estaba criando?

·         ¿Qué importancia tendría si el fin del mundo se daba en invierno o sábado?

G. K. Beale y D. A. Carson en su Comentario sobre el Uso del Antiguo Testamento en el Nuevo Testamento afirman lo siguiente:

El lenguaje de la huida de Jerusalén descrito en 24:16-18 puede hacer eco de la descripción de la huida de la familia de Lot de Sodoma y Gomorra (Gn. 19:17), especialmente con su referencia a no volver atrás. Los horrores de la vida en una ciudad sitiada (24:21) resultan gráficos y espantosos, como Dt. 28:53–57 ilustra. El versículo 21 también alude a Dn. 12:1, refiriéndose a un tipo de angustia o tribulación que no ha sucedido “desde el principio de las naciones” hasta ese momento.[1]

21 porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22 Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.

Mateo 24:21-22 hace referencia al "tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces" en Daniel 12:1.

(Daniel 12:1) En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.

Conclusión

Concluimos que en Mateo 24, Jesús está estableciendo que había llegado el tiempo del cumplimiento de la abominación desoladora de Daniel 9:26 y 12:1-11, lo cual según la profecía en Daniel 7 ocurriría en los días del cuarto imperio, esto es, Roma.

Lo que los discípulos debían hacer llegado el momento muestra que no se trataba del fin del mundo, sino que se trataba del juicio que vendría contra aquellos de Judá que aborrecieron a Jehová, tal y como se establece en Deuteronomio 32:41.

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[1] G. K. Beale and D. A. Carson, Commentary on the New Testament Use of the Old Testament (Grand Rapids, MI;  Nottingham, UK: Baker Academic;  Apollos, 2007), 86.