¿Contiene la Biblia expresiones antisemitas?
¿Enseña el Nuevo Testamento que los
judíos son responsables de la muerte de Jesús?
La contestación a
esta pregunta es de vital importancia y especialmente en nuestro tiempo. El
cristianismo ha sido acusado de ser culpable de casi todos los sufrimientos que
el pueblo judío ha atravesado en los últimos 2000 años, incluyendo el
holocausto judío. La razón de tal acusación se basa en que, según los judíos, el
Nuevo Testamento contiene afirmaciones generalizadas de odio hacia los judíos, así
como de ser los culpables de la muerte de Jesús. Estas creencias, según estos, llevó a la
iglesia a segregarlos y a marginarlos provocando tensiones y episodios de odio
contra los mismos.
En la actualidad, algunas
de las expresiones contenidas en el Nuevo Testamento están siendo consideradas
como expresiones antisemitas. Pero, ¿qué es el antisemitismo? El comité sobre
el Antisemitismo y la Negación del Holocausto llamado la IHRA en una plenaria
en Budapest 2015 adoptó la siguiente definición de antisemitismo.
El antisemitismo es una cierta percepción de los judíos, que puede expresarse como odio hacia los judíos. Las manifestaciones retóricas y físicas del antisemitismo están dirigidas hacia judíos o individuos no judíos y / o su propiedad, hacia instituciones de la comunidad judía e instalaciones religiosas.
Este documento señala
que los ejemplos contemporáneos de antisemitismo en la vida pública, los medios
de comunicación, las escuelas, el lugar de trabajo y en la esfera religiosa
podrían, teniendo en cuenta el contexto general, incluir, entre otros:
- Pedir, ayudar o justificar el asesinato o daño de judíos en nombre de una ideología radical o una visión extremista de la religión.
- Hacer acusaciones mendaces, deshumanizantes, demonizantes o estereotipadas sobre los judíos como tales o el poder de los judíos como colectivos, como, especialmente, pero no exclusivamente, el mito sobre una conspiración judía mundial o de judíos que controlan los medios, la economía, el gobierno u otras instituciones sociales.
- Acusar a los judíos como personas de ser responsables de los delitos reales o imaginarios cometidos por una sola persona o grupo judío, o incluso por actos cometidos por no judíos.
- Negar el hecho, el alcance, los mecanismos (por ejemplo, las cámaras de gas) o la intencionalidad del genocidio del pueblo judío a manos de la Alemania nacionalsocialista y sus partidarios y cómplices durante la Segunda Guerra Mundial (el Holocausto).
- Acusar a los judíos como pueblo, o a Israel como estado, de inventar o exagerar el Holocausto.
- Acusar a los ciudadanos judíos de ser más leales a Israel, o a las supuestas prioridades de los judíos en todo el mundo, que a los intereses de sus propias naciones.
- Negar al pueblo judío su derecho a la autodeterminación, por ejemplo, alegando que la existencia de un Estado de Israel es un esfuerzo racista.
- Aplicar estándares dobles al exigirle un comportamiento no esperado o exigido por ninguna otra nación democrática.
- Usar los símbolos e imágenes asociados con el antisemitismo clásico (por ejemplo, afirmaciones de que los judíos asesinaron a Jesús o actos de “libelo de sangre”) para caracterizar a Israel o israelíes.
- Hacer comparaciones de la política israelí contemporánea con la de los nazis.
- Responsabilizar colectivamente a los judíos por las acciones del estado de Israel.
Si juzgamos el Nuevo
Testamento sobre lo que se discute en dicho documento, entonces el mismo contiene
expresiones antisemitas. Es de conocimiento general que la Biblia responsabiliza
a los judíos de su tiempo por la muerte de Jesús. El libro histórico de los Hechos muestra
evidencia de esto en los pasajes a continuación.
Hechos 2:23 – “a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado
conocimiento de Dios, prendisteis y
matasteis por manos de inicuos, crucificándole;”
Hechos 2:36 – “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros
crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”.
Hechos 3:15 – “y matasteis al Autor de la
vida, a quien Dios ha resucitado de los muertos, de lo cual nosotros somos
testigos”.
Hechos 4:10 – “sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en
el nombre de Jesucristo de Nazaret, a
quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por
él este hombre está en vuestra presencia sano”.
Hechos 5:28 – “diciendo: ¿No os mandamos estrictamente que no enseñaseis en ese
nombre? Y ahora habéis llenado a Jerusalén de vuestra doctrina, y queréis echar sobre nosotros la sangre de
ese hombre”.
Hechos 5:30 – “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándole en un madero”.
Hechos 7:52 – “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron
a los que anunciaron de antemano la
venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores;”
Hechos 10:39 – “Y nosotros somos testigos de todas las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien
mataron colgándole en un madero”.
Hechos 13:27-28 – “Porque los habitantes de Jerusalén y sus
gobernantes, no conociendo a Jesús, ni las palabras de los profetas que se leen
todos los días de reposo, las cumplieron al condenarle. Y sin hallar en él causa digna de muerte, pidieron a Pilato que se le
matase.
Si decir la verdad
sobre un hecho histórico registrado en la Biblia que involucra a los judíos en
la muerte de Jesús es considerado antisemitismo, entonces la Biblia podría ser
catalogada o considerada como un documento antisemita. Esto podría tener como
resultado que la Biblia sea prohibida o reinterpretada para que pueda ajustarse
a las nuevas disposiciones de ley. Además, que todos aquellos que enseñen o que
prediquen lo que está escrito en la misma sean considerados antisemitas.
La realidad es que
el término antisemita es usado como un escudo contra todo señalamiento que
involucre a los judíos, sin importar la validez del mismo. De manera, que les
sirve para protegerse de cualquier señalamiento o acusación sobre actos
inmorales o de cualquier otra índole. Estos juegan el papel de la víctima que
desde la antigüedad ha mostrado serles de gran utilidad, porque opera sobre los
sentimientos y las emociones, ya que no puede ser sostenido sobre el análisis crítico
de la verdad.
La Biblia enseña la
verdad y los cristianos no debemos temer ni retroceder ante dichas acusaciones,
las cuales no son nuevas. Los apóstoles desde el inicio de la iglesia fueron intimidados
y encarcelados por el mismo grupo que pretende silenciar la verdad hoy. El libro
de los Hechos contiene la siguiente afirmación:
“llamándolos, les
intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. Mas
Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios
obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que
hemos visto y oído. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no hallando
ningún modo de castigarles, por causa del pueblo…” (Hechos 4:18-21).
Está en juego que
la Biblia sea prohibida y que aquellos que la enseñan sean acusados de promover
odio contra los judíos. Dios nos ayude a serle fieles porque se avecinan
tiempos difíciles para la iglesia de Jesucristo.
Por: Pastor Gilberto
Miguel Rufat
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.