miércoles, 27 de enero de 2016

¿JESÚS LLORÓ POR LA MUERTE DE LÁZARO? - Juan 11



¿Jesús LLORÓ por la muerte de Lázaro?

por: Pastor Gilberto Rufat


Perdí la cuenta de en cuántos sepelios he estado y he escuchado al predicador usar Juan 11:35 para decir que Jesús lloró conmovido por la muerte de Lázaro porque le amaba. Pero, ¿es esto cierto? La interpretación de que Jesús lloró por emoción está basada en el versículo 36, el cual dice:  

Dijeron entonces los judíos: [Mirad cómo le amaba].” (Juan 11:36)

La interpretación de que Jesús lloró por la muerte de Lázaro porque le amaba, fue la interpretación de los presentes cuando lo vieron compungido en su espíritu. La razón por la que Jesús lloró está contenida dentro del contexto inmediato, el versículo 33, el que expone:

Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.” (Juan 11:33)

La expresión se estremeció según el diccionario Strong, del griego ἐμβριμάομαι “embrimáomai” significa bufar con cólera; tener indignación por, suspirar con disgusto.

El diccionario Vine define la palabra griega “embrimáomai” como bufar con ira, como los caballos. Usado de hombres, significa enojarse, conmoverse de una manera penosa; luego, expresar indignación en contra; de ahí, reprender duramente.

En “The Complete Word Study Dictionary” dice que la palabra griega “embrimáomai” es una compuesta por “en” - debido a y “brimáomai” – rugir o saltar de cólera. Se usa como un verbo que depone el estar enfurecido o indignado por algo o con alguien.

De manera, que Jesús no lloró por la emoción de saber que Lázaro había muerto. Todo el contexto del pasaje presentaría una contradicción o al menos una dificultad. ¿Por qué?

     1-      Porque de antemano, Jesús dijo que la situación de Lázaro sería usada para la gloria de Dios.

“Oyéndolo Jesús, dijo: [Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios], para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.” (Juan 11:4)

     2-      Porque Jesús decidió retrasar su viaje.

“Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, [se quedó dos días más] en el lugar donde estaba.” (Juan 11:6)

     3-      Porque sabía desde mucho antes que Lázaro había muerto.

“Entonces Jesús les dijo claramente: [Lázaro ha muerto].” (Juan 11:14)

     4-      Porque se alegró de no haber estado allí con los discípulos.

“y [me alegro por vosotros, de no haber estado allí], para que creáis; mas vamos a él.” (Juan 11:15)

     5-      Porque Jesús iba a resucitar a Lázaro.

“Jesús le dijo: [Tu hermano resucitará].” (Juan 11:23)

     6-      Porque Jesús es la resurrección y la vida.

“Le dijo Jesús: [Yo soy la resurrección y la vida]; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?  (Juan 11:25-26)

     7-      Porque Jesús lloró por la incredulidad.

“María, cuando llegó a donde estaba Jesús, al verle, se postró a sus pies, diciéndole: Señor, [si hubieses estado aquí, no habría muerto mi hermano]. Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió.

Ésta era la segunda ocasión en la cual tanto Marta como María, le recriminaron a Jesús por no haber llegado a tiempo. Tengamos en mente, que Jesús sabía lo que había de hacer, así como en la alimentación de los cinco mil.

Pero esto decía para probarle; porque [él sabía lo que había de hacer].” (Juan 6:6)

Además, los presentes también comenzaron a reprocharle, por no haberlo sanado a tiempo.

Y algunos de ellos dijeron: [¿No podía éste, que abrió los ojos al ciego, haber hecho también que Lázaro no muriera?]” (Juan 11:37)

Observe, que una vez más, el versículo 38 dice que Jesús se conmovió otra vez antes de ir al sepulcro.

Jesús, [profundamente conmovido] otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.” (Juan 11:38)

Nuevamente la expresión conmovido es la misma que en el versículo 33, ἐμβριμάομαι “embrimáomai”, sólo que en la versión Reina Valera del 60 se tradujo como conmovido (v.38) en vez de estremeció (v.33). Fue la segunda vez en la que se indignó por la incredulidad, desde los discípulos (Juan 11:16) antes del viaje, las hermanas (Juan 11:21 y 32) y los judíos que habían venido a consolarlas (Juan 11:19 y 37).

En este punto, Jesús dijo:

“Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, [para que crean que tú me has enviado]. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.” (Juan 11:39-44)

Conclusión:

Jesús no lloró porque se turbó por la muerte de Lázaro, sino por la incredulidad de sus discípulos, la de las hermanas de Lázaro y la de los judíos presentes.

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