Atar, desatar y decretar
En nuestros días, encontramos un sin número de pastores atando, desatando, decretando y todo tipo de “andos”. Pero, ¿son estas enseñanzas bíblicas? Y si no lo son, ¿de dónde proceden?
Comencemos por entender el significado de atar y desatar dentro del contexto del cristianismo del primer siglo. El atar y desatar “son términos para referirse al ejercicio de la autoridad disciplinaria que Cristo confirió junto con las llaves del reino; primero, a Pedro en Mt. 16:19 y después a todos los discípulos en 18:18. Esto no quiere decir que ellos tenían derecho a comunicar decisiones en materias de conducta; esto es, para prohibir o permitir deberes específicos o funciones morales. Lo que se da a entender es la autoridad para excomulgar y readmitir a la gente dentro de la comunidad de los creyentes. Con todo, debemos notar que en el judaísmo atar y desatar también significaba «prohibir» y «permitir» en asuntos de casuística. Jn. 20:23 se relaciona con el sentido de atar y desatar del texto de Mateo. La exclusión de la comunidad siempre se debe a alguna ofensa y, por tanto, presupone el retener los pecados; mientras que la readmisión incluye el perdón de los pecados.”1 En términos prácticos, atar y desatar era sinónimo de aprobación o desaprobación sobre algún asunto traído a la consideración de un rabino.
El atar, desatar y decretar son usados como mantras, a modo de recibir u obtener lo deseado. El Dios de algunos cristianos es más parecido al genio de la lámpara de Aladino, que al Dios soberano de la Biblia. Su fe es más parecida al libro y al video de “La Ley de la Atracción”, que a la fe bíblica. Sin embargo, nada de esto debe sorprendernos, pues la Biblia advirtió sobre esto lo siguiente:
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. (1Timoteo 4:1)
En otros estudios he escrito un poco sobre la historia del desarrollo del llamado misticismo judío y la Cábala judía. A continuación, las similitudes que claramente existen detrás del atar, desatar y decretar, con las siete leyes del ocultismo.
1. Ley del Mentalismo y su similitud con"visualice lo que quiere"
Establece que toda realidad en sí misma es mente. El principio es que “todo es mente.” Esto significa que para el ocultista o esotérico, vivimos en un plano mental, que vivimos dentro de la mente cósmica. Por ende, lo que necesitamos es ver lo que queremos cambiar u obtener en nuestra mente. Por consiguiente, los gurús religiosos le dicen a sus congregaciones: “Visualice lo que quiere.”
2. Ley de Correspondencia y su similitud con "lo que usted necesita está en el mundo espiritual"
En el mundo ocultista y esotérico se cree que existe una dualidad dentro de una unidad, algo así como concepto del “yin” y el “yang”. El mismo cree que existen diferentes planos mentales. Pongámoslo simple, que existen varios niveles mentales o espirituales; el nivel más bajo es el terrenal y el más alto, el espiritual. Por ende, lo que usted necesita es visualizar lo que desea en el plano superior o en el mundo espiritual para conseguirlo en el plano terrenal. Un ejemplo de ello lo observamos cuando se le dice a la persona que está enferma en el plano terrenal, que lo único que necesita es verse sana en el plano espiritual y una vez logrado, comenzará a sanar. Usted escuchará a ignorantes o a agentes de Satanás decir o enseñar: “Lo que usted necesita está en el mundo espiritual.”
3. Ley de Vibración y su similitud con "comience a hablar su milagro una y otra vez hasta que lo tenga"
Este principio enseña que “todo está en un continuo movimiento” y que el universo se mueve por la ley de vibración de energía. De modo que, las cosas pueden cambiar o visto desde el punto de vista ocultista, que podemos cambiar las cosas. Únicamente necesitamos pensar y hablar lo que queremos. Las palabras son usadas como mantras que cambian la frecuencia o alteran la vibración en el mundo espiritual sobre lo que se quiere. Por esto, verá supuestos ministros o pastores decirle a sus congregaciones: “Comience a hablar su milagro una y otra vez hasta que lo tenga.”
4. Ley de Polaridad y su similitud con "comience a verse sano, próspero, exitoso"
En el mundo esotérico y ocultista se enseña que “todo tiene su doble.” Sólo se necesita invertir la polaridad para atraer u obtener lo que se busca. Algo muy parecido al video de “La Ley de la Atracción”. Según estos, existe un mundo dual en el cual si se cambia la polaridad, frecuencia o ritmo, se puede invertir la situación o circunstancia. La forma de enseñanza en algunas iglesias es la siguiente: “Comience a verse sano, próspero, exitoso.” Esto es, váyase sano, aunque se esté cayendo a pedazos.
5. Ley de Ritmo y su similitud con "ustedes pueden cambiar sus circunstancias, comience a creer"
La ley de ritmo establece que “todo fluye y refluye.” Esto significa que todo está en un continuo movimiento. Por tal razón, según estos, se puede alterar el curso de las cosas. De manera, que escuchará a falsos maestros decirle a sus iglesias: “Usted pueden cambiar sus circunstancias, comience a creer.”
6. Ley de Causa y Efecto y su similitud con "nada sucederá hasta que usted lo confiese"
Esta ley o principio enseña que “todo efecto tiene su causa”. Por tal razón, oirá a falsos maestros decir: “Nada sucederá hasta que usted lo confiese.” Según estos falsos maestros o más bien gurús, usted mismo debe crear su realidad. Debe aprender a operar en las leyes espirituales para obtener lo que desea o necesita.
7. Ley de Género y su similitud "las palabras tienen poder"
Este principio para los esotéricos y ocultistas establece que todo tiene una forma “masculina y femenina”. Por lo tanto, sólo necesitamos unirlas y se obtendrá lo que se desea. El mismo se basa en que las palabras que son pensamientos, actúan sobre el mundo espiritual o mente. Así que las palabras o pensamientos, pueden crear lo que deseamos. En el ámbito esotérico evangélico que tristemente ha invadido a la iglesia, esta doctrina será promovida y enseñada como: “Las palabras tienen poder.”
¡Cuidado!
El mundo no es controlado por leyes o principios espirituales, sino por el Creador. Dios es soberano y no recibe órdenes de nadie. Aún las leyes del mundo, que él mismo creó, se le sujetan. Ésta es la razón por la cual únicamente Dios puede obrar milagros. Dios no es la lámpara de Aladino, la que según se frote, el genio saldrá para ofrecerle cumplir sus deseos.
Dios no es quien se ajusta a nuestras circunstancias, ni es un objeto para cambiar las mismas, sino que es él quien gobierna y rige sobre éstas. Nuestro llamado es a creerle a Dios, por ende, a confiar en él y no en leyes espirituales. O, ¿acaso duda que Dios cuida y vela de sus hijos?
Pastor Gilberto Rufat
Bibliografía:
1- Everett F. Harrison, Geoffrey W. Bromiley and Carl F. H. Henry, Diccionario De Teología (Grand Rapids, MI: Libros Desafío, 2006), 65.
2- Tres Iniciados, El Kybalion. Editorial Lectorum, 2013.
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