lunes, 1 de febrero de 2021

La abominación desoladora (parte 8) - Mateo 24:36

Mensaje: La abominación desoladora (parte 8)

Base bíblica: Mateo 24:36

Por: Gilberto Miguel Rufat 

Introducción

En el discurso profético del monte de los Olivos existen dos pasajes que son usados para dividir la profecía en dos partes. El primero es Mateo 24:3 y el segundo, Mateo 24:36. Sobre las preguntas de los discípulos a Jesús en Mateo 24:3, algunos especulan que son diferentes preguntas y que comprenden diferentes periodos de tiempo. Además, algunos autores o comentaristas bíblicos hallan una justificación para una supuesta transición entre el juicio contra Jerusalén ocurrido en el año 70 d. C. y la segunda venida de Jesucristo en Mateo 24:36.  

Exposición del texto

(Mateo 24:36) Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

Los autores y comentaristas que sostienen que en Mateo 24:36 hay una transición hacia el tema de la segunda venida de Jesucristo se basan en que Jesús estableció con precisión que el juicio contra Jerusalén acontecería en su generación (Mt. 24:34) y que cuando en Mateo 24:36 les dice a sus discípulos que él no conoce el "día y la hora" concluyen que está refiriéndose al tema de la segunda venida de Jesucristo.

¿Está dividida la profecía del monte de los Olivos?

La pregunta que es necesaria responder es si la profecía del monte de los Olivos está dividida. La contestación es que la misma no está dividida por las siguientes razones:

1- Jesús nunca dividió la profecía

Las divisiones propuestas en Mateo 24 y 25 surgen principalmente a raíz de cómo se entienden las preguntas de los discípulos a Jesús en Mateo 24:3.

(Mateo 24:3) Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?

Unos dividen las preguntas en dos y otros en tres preguntas sobre la subjetividad del significado de las mismas. El problema con hacer esto radica en que Jesús no dividió el discurso para contestar las dos o tres preguntas de manera separada. Jesús afirmó la unidad del discurso profético al señalar que todas las cosas acontecerían en su generación.

(Mateo 24:34) De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

2- El tema de la profecía permanece en todo el discurso

El pasaje que sigue a Mateo 24:36 continúa hablando de la venida del Hijo del Hombre (Mt. 24:37). Es irrefutable que el tema del discurso profético, el cual es la venida del Hijo del Hombre, permanece a través de Mateo 24 y 25, por cuanto no es admisible división alguna (Mateo 24:27, 30, 37, 39, 44; 25:13, 21).

3- Jesús no habló de dos venidas

En ningún lugar del discurso se desprende que Jesús separa los eventos en dos distintos. ¿Por qué algunos introducen el tema de la segunda venida de Jesucristo cuando el tema del cual Jesús viene hablando es el juicio contra Jerusalén y la destrucción del templo? La razón para esto es que Jesús empleó la palabra griega "parousia". Para muchos cristianos la palabra parusía es sinónimo de la segunda venida de Jesucristo, así que al ver la palabra parusía en el discurso profético suponen que en algún momento del mismo se debe estar hablando de la segunda venida. Por lo tanto, Mateo 24:26 es utilizado para justificar dicho tema.

¿Existe un cambio en la narración posterior a Mateo 24:36?

No existe un cambio en la narración. En Mateo 24:1-35 se establecen los detalles de lo que antecedería y de lo que ocurriría en la venida del Hijo del Hombre en las nubes. De Mateo 24:36 en adelante, Jesús señala con varias ilustraciones la necesidad de velar y guardar dicha venida. El bosquejo de las ilustraciones utilizadas como advertencia es el siguiente:

  • Jesús narra lo ocurrido en los días de Noé (Mt. 24:37-42).
  • Jesús habla sobre los preparativos que el padre de familia haría si supiera el día que el ladrón habría de robarle (Mt. 24:43-44).
  • Jesús habla acerca del siervo fiel al cual su señor delega su casa hasta su regreso (Mt. 24:45-51).
  • Jesús presenta la parábola de las diez vírgenes (Mt. 25:1-13). 
  • Jesús expone la parábola de los talentos (Mt. 25:14-30). 

En Mateo 24:36, Jesús pasa de dar el discurso escatológico sobre el juicio contra Jerusalén a presentar ejemplos de lo que ocurriría con su mensaje por parte de los oyentes. 

En Mateo 24 y 25, Jesús utiliza dos palabras griegas para referirse al mismo evento, esto es, a la venida del Hijo del Hombre en las nubes. Estas son las siguientes:   

"ercomai" (ἔρχομαι, G2064) aparece en Mateo 24:44; 25:13, 31 y denota tanto ir como venir, significa el acto, en contraste con "jeko", que destaca el hecho de la llegada (Diccionario VINE).  

"parousia" (παρουσία, G3952) aparece en Mateo 24:3, 27, 30, 37 y 39 y significa literalmente presencia (para, con, y ousia, un ser; de eimi, ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia. (Diccionario VINE). 

Se desprende del uso de las palabras griegas utilizadas por Jesús para referirse a la venida del Hijo del Hombre que la palabra "parousia" no significa siempre la segunda venida de Jesucristo. De hecho, la palabra griega "parousia" no aparece una sola vez en todo el libro de Apocalipsis. Sin embargo, el consenso general de los comentaristas es que el tema de su segunda venida es parte del libro. La palabra griega "ercomai" aparece en 32 versículos en Apocalipsis para referirse a la venida del Hijo del Hombre como a su segunda venida (Ap. 1:4, 7, 8, 2:5, 16, 3:10, 11, 4:8, 5:7, 6:1, 3, 5, 7, 17, 7:13, 14, 8:3, 9:12, 11:14, 17, 18, 14:7, 15, 16:15, 17:1, 10, 18:10, 19:7, 21:9, 22:7, 12,17, 20).

Es preciso destacar que no se desprende de Mateo 24 y 25 ni del libro de Apocalipsis que la palabra griega "parousia" sea sinónimo de la segunda venida, pues si así fuera, no sería posible hablar de la segunda venida de Jesucristo en Apocalipsis, por cuanto dicho término no se utiliza en el mismo.

4- La división de la profecía oscurece su mensaje

Si el discurso profético está dividido en dos partes y en la primera parte se habla de la destrucción del templo de Jerusalén, lo que ocurrió en el año 70 d. C., entonces deberíamos preguntarnos por qué no aparece ninguna explicación de Jesús a sus discípulos sobre que no debían confundir dicho evento con el supuesto templo que sería derribado antes de su segunda venida. Ciertamente vemos que en Mateo 24 y 25 nada se habla de la construcción ni de la destrucción de un tercer templo.

¿Debemos creer que Jesús no conocía el día y la hora de su venida?

Están quienes sostienen que Jesús no conocía "el día y la hora" de su venida al examinar Mateo 24:36 a la luz de Marcos 13:32.

(Marcos 13:32) Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.

Los que creen que Jesús les estaba declarando a sus discípulos que él no conocía el día y la hora de su venida argumentan que el pasaje debe ser entendido basado en su limitación humana en su encarnación. El problema con esta afirmación es que las Escrituras no separan las dos naturalezas de Jesús de su persona. La cristología bíblica enseña que Jesús era 100 % hombre y 100 % Dios de manera indivisible y sin mezcla. Por consiguiente, es preciso tener sumo cuidado al asumir una postura, pues con la misma podríamos terminar minando la deidad de Cristo.

Ciertos comentaristas llegan al extremo de proponer que Mateo 24:36 provee una justificación para entender por qué Jesús se equivocó sobre cuando regresaría, como lo argumentaron en su momento el filósofo ateo Bertrand Russell y el escritor C. S. Lewis, entre otros. La realidad es que Jesús no se equivocó, pues según afirmó que sucedería aconteció. La historia detallada de los eventos quedó preservada en el libro Las Guerras de los Judíos del escritor judío no cristiano Flavio Josefo.

Razones por las cuales no creemos que el significado de Mateo 24:36 es establecer que Jesús no conocía el día y la hora

1- Es imposible y contradictorio que Jesús les hubiera dado tantos detalles a sus discípulos acerca del juicio que se acercaba y que luego les declarara que él no sabía cuándo ocurriría, más aún, cuando les acababa de decir que todo eso acontecería en una generación (Mateo 24:34). Estamos claros de que la cláusula de tiempo "esta generación" en Mateo 24:34 no delimita el día ni la hora en que sucedería dicho evento.

2- Es absurdo afirmar que Jesús no sabía cuándo regresaría, por cuanto la venida del Hijo del Hombre en las nubes era su propia venida en juicio.

3- Si los discípulos no iban a poder conocer aquel día cuando llegara, entonces ¿cómo Jesús podía esperar que sus discípulos escaparan del juicio?

Lucas 17:20-37 permite comprender que llegado el momento sus discípulos sabrían que había llegado aquel día.

(Lucas 17:20-37) 20 Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, 21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. 22 Y dijo a sus discípulos: Tiempo vendrá cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. 23 Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. 24 Porque como el relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro, así también será el Hijo del Hombre en su día. 25 Pero primero es necesario que padezca mucho, y sea desechado por esta generación. 26 Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. 28 Asimismo como sucedió en los días de Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29 mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. 31 En aquel día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. 32 Acordaos de la mujer de Lot. 33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará. 34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. 36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. 37 Y respondiendo, le dijeron: ¿Dónde, Señor? Él les dijo: Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las águilas.

Lucas 17:31 expone que llegado "aquel día" sus discípulos conocerían que debían escapar de Judea hacia los montes, tal y como Jesús les manda en Mateo 24:16.

¿Cómo entender Mateo 24:36?

Es necesario ver que Mateo 24:36 hace referencia a Zacarías 14:7.

(Zacarías 14:7) Será un día, el cual es conocido de Jehová, que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde habrá luz.

Al Jesús relacionar Mateo 24:36 con la profecía de Zacarías 14:7 estaba afirmando que el día del juicio profetizado por Zacarías contra Jerusalén, el que únicamente Jehová conocía, ocurriría en aquella generación (Mt. 24:34).

(Zacarías 14:1-2) 1 He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. 2 Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad.

El pasaje lejos de colocar dudas sobre la falta de conocimiento de Jesús sobre el tiempo del juicio hace exactamente lo contrario, pues lo está colocando a la misma altura de Jehová porque precisamente él les estaba declarando cuándo sucedería el juicio previamente anunciado por Zacarías en Zacarías 14:7, lo que únicamente Dios sabía. Por lo que podemos afirmar que Jesús poseía el mismo conocimiento de Jehová.

Conclusión

Concluimos que Mateo 24:36 no enseña que Jesús no conocía el día y la hora de su venida, sino que el propósito de Jesús en Mateo 24:36 al hacer referencia a Zacarías 14:7 era establecer que la profecía de Zacarías respecto al día de Jehová en juicio contra Jerusalén (Zac. 14:1-2), que nadie conocía cuando acontecería (Zac. 14:7), sucedería con la venida del Hijo del Hombre en las nubes.

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