lunes, 15 de febrero de 2021

La abominación desoladora (parte 10) - Mateo 25:31-46

 

Mensaje: La abominación desoladora (parte 10)

Base bíblica: Mateo 25:31-46

Introducción

Existe un desacuerdo sobre si Mateo 25:31-46 representa una parábola o no. Para algunos, el mero hecho de que se hable en sentido figurado de ovejas y cabritos lo hace una parábola, pero esto no es correcto. Mateo 25:31-46 es la conclusión del mensaje profético en el monte de los Olivos sobre el juicio a la ciudad de Jerusalén, en el que el templo sería destruido.

Por otro lado, muchos comentaristas creen que lo narrado en Mateo 25:31-46 hace referencia a la segunda venida de Jesucristo y, por lo tanto, llegan a la conclusión de que se trata de la misma. Por ejemplo, el teólogo Adam Clarke, quien cree que toda la narración anterior puede aplicarse al juicio sobre Jerusalén, afirma que Mateo 25:31-46 corresponde a la segunda venida de Jesucristo, cuando manifiesta lo siguiente:

Cuando venga el Hijo del Hombre, esto debe entenderse de la venida de Cristo en el día postrero, para juzgar a la humanidad: aunque toda la parte anterior del capítulo puede aplicarse también a la destrucción de Jerusalén.[1]

Reconocemos que el pasaje presenta cierta dificultad interpretativa, ya que contiene tres frases que podrían ser entendidas como referencias a la segunda venida de Jesucristo. Estas tres expresiones son las siguientes:

  1. "serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros" (v. 32)
  2.  "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (v. 41)
  3.  "E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna" (v. 46)

Nunca es correcto saltar a conclusiones sin primeramente haber hecho la tarea de estudiar con diligencia el pasaje de estudio. Es necesario buscar entender el pasaje en su contexto, para poder trazar correctamente el mensaje de las Escrituras. Siempre que se estudia el Nuevo Testamento es preciso ver las alusiones o las referencias que se están usando, porque ninguna porción del mismo se desarrolla en un vacío teológico. La aplicación de una hermenéutica correcta ayudará al expositor a alejarse de creencias falsas y de sus propias suposiciones preconcebidas. 

Mostraremos que la base para entender correctamente Mateo 25:31-46 es interpretarlo a la luz de Daniel 7, 9 y 12, de la referencia a Ezequiel 34 y de la primera comisión de Jesús a sus discípulos en Mateo 10.

Exposición del texto

31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34 Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. 42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. 44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? 45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. 46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

Presentaremos tres objeciones sobre por qué Mateo 25:31-46 no puede ser interpretado como una referencia a la segunda venida de Jesucristo mientras desarrollamos la interpretación correcta del pasaje.

Primera objeción

El primer problema que confronta la interpretación de Mateo 25:31-46 como una referencia a la segunda venida de Jesucristo es que entra en contradicción con el tiempo en el que ocurriría la venida del Hijo del Hombre. La primera mención al tiempo en el que ocurriría la venida del Hijo del Hombre se encuentra en Mateo 10:23.

(Mateo 10:23) Cuando os persigan en esta ciudad, huid a la otra; porque de cierto os digo, que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel, antes que venga el Hijo del Hombre.

En Mateo 10, Jesús, luego de escoger a sus doce discípulos (Mt. 10:1-4), los envió a predicar que el reino se había acercado únicamente en territorio judío o a las ovejas perdidas de Israel (Mt. 10:5-6). Los instruyó sobre lo que debían hacer y sobre lo que podían esperar (Mt. 10:7-22). Les dijo que los enviaba como ovejas en medio de lobos (Mt. 10:16). Finalmente les afirma que no habrían terminado su misión sobre las ciudades de Israel cuando verían al Hijo del Hombre (Mt. 10:23) viniendo en juicio sobre el pueblo del pacto (Mt. 10:24-33).

Si Jesús dijo en Mateo 10:23 que la venida del Hijo del Hombre ocurriría cuando sus doce apóstoles aún se encontrarían llevando a cabo la tarea de anunciar el evangelio entre los judíos, entonces no es posible interpretar Mateo 25:31, que narra la venida del Hijo del Hombre, como que se trata de la segunda venida de Jesucristo.  

Jesús no solamente afirmó en Mateo 10:23 que él vendría en el tiempo de sus doce discípulos, sino que esto lo enseñó también en Mateo 16:27-28, así como lo expuso ante el sumo sacerdote en Mateo 26:64.

(Mateo 16:27-28) 27 Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28 De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.

(Mateo 26:63-65) 63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios. 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo. 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.

Segunda objeción

El segundo problema que confronta la interpretación de Mateo 25:31-46 como una referencia a la segunda venida de Jesucristo es que la venida del Hijo del Hombre fue definida por Jesús como el juicio contra la ciudad de Jerusalén y no como el juicio final ante el gran trono blanco (Ap. 20:11-15).

El término Hijo del Hombre proviene de Daniel 7:13-14 y presenta el momento en el cual "el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos" (Dn. 7:10). De Daniel 7 se desprende que dicho evento ocurre en los días de la cuarta bestia o del Imperio romano (Dn. 7:15-18), lo que según Daniel 9:26-27 trae el cumplimiento de la abominación desoladora sobre la ciudad y el templo de Jerusalén. De modo que la venida del Hijo del Hombre anunciaba el "tiempo de angustia, el cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces" (Dn. 12:1) en Jerusalén.

(Daniel 9:26-27) 26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. 27 Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.

Jesús estableció en Mateo 15:24 que su ministerio estaba limitado a las ovejas perdidas de Israel, lo que guarda correspondencia y congruencia con la primera misión delegada a sus doce discípulos en Mateo 10:5-6. Vimos que antes de que los discípulos concluyeran su tarea, verían la venida del Hijo del Hombre (Mt. 10:23), evento que sería el tiempo del juicio de Dios contra la rebelde y adúltera ciudad de Jerusalén.

(Mateo 19:28) Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

(Mateo 24:30) Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Establecimos anteriormente que, Mateo 24:30 y Apocalipsis 1:7 hablan del mismo evento, haciendo referencia al cumplimiento de la profecía en Zacarías 12:10-14.

(Apocalipsis 1:7) He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.

 

(Zacarías 12:10-14) 10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito. 11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. 12 Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí; 13 los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí; 14 todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.

Los linajes de la tierra que harían lamentación en Zacarías 12:12-14 son todos linajes de Israel, por cuanto es el juicio de la venida del Hijo del Hombre.

Tercera objeción

Las razones del juicio presentadas en Mateo 25:31-46 corresponden al juicio contra Jerusalén. La referencia a las ovejas y a los cabritos que serían separados proviene del libro del profeta Ezequiel en Ez. 34. Este evento ocurriría cuando el siervo de David estableciera el nuevo pacto, el cual traería consigo el cumplimiento de la resurrección o salvación del remanente de Israel establecido en Ezequiel 36 y 37.

Contexto de Ezequiel 34

En Ezequiel 34, Dios juzga a los pastores o al liderato religioso de Judá por no velar y cuidar de la salud espiritual del pueblo, pues eran como ovejas sin pastor (Ez. 34:1-4). Dios le mostró a Ezequiel que él vendría a buscar sus ovejas y que las reuniría de todas las naciones o pueblos a los que fueron dispersos.

(Ezequiel 34:11-13) 11 Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. 12 Como reconoce su rebaño el pastor el día que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron esparcidas el día del nublado y de la oscuridad. 13 Y yo las sacaré de los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas, y en todos los lugares habitados del país.

¿Qué sucedería cuando el Pastor fuera enviado?

(Ezequiel 34:16-17) 16 Yo buscaré la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia. 17 Mas en cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos cabríos.

En el pasaje se establece que el Pastor reuniría a las ovejas de entre las naciones (Ez. 34:11-13) y juzgaría entre las ovejas y los carneros o machos cabríos (Ez. 34:16-17), de la misma manera en la que está descrito en Mateo 25:32-33.

(Mateo 25:32-33) 31 Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, 32 y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. 33 Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda.

¿Cuándo sucedería esto? Dios le dijo al profeta que esto ocurriría cuando él enviara a su siervo David, quien sería el Pastor.

(Ezequiel 34:23-25) 23 Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor. 24 Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos. Yo Jehová he hablado. 25 Y estableceré con ellos pacto de paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto con seguridad, y dormirán en los bosques.

Esto acontecería cuando el siervo de David o el Mesías confirmara el nuevo pacto de paz o nuevo pacto con sus ovejas. Este pacto es presentado con mayor detalle en Ezequiel 36:25-28. El mismo es descrito como el momento en el que un remanente de Israel sería resucitado a vida eterna, esto es, que sería salvo mientras que los demás serían condenados (Ez. 37:1-14).

En Mateo 10, Jesús había comisionado a sus doce apóstoles a predicar exclusivamente entre las ovejas perdidas de la casa de Israel. El mensaje de que el reino de los cielos se había acercado era uno de carácter mesiánico, cuyo significado era que ya el Pastor de Ezequiel 34 estaba entre ellos. Esto es confirmado por el propio Jesús en Juan 10:1-18, siendo el cumplimiento de Ezequiel 34.

En aquella primera comisión, Jesús les dijo a sus apóstoles lo que debían hacer en las diferentes ciudades y qué esperar. Que aquellos que los recibieran lo recibían a él y que lo que hicieran por los apóstoles les sería contado como si se lo hubieran hecho a Jesús mismo. Finalmente, les dijo que aquellos que lo rechazaran serían juzgados. Cabe destacar que el escenario presentado en Mateo 10 es el mismo que Jesús usa en Mateo 25:35-45.

Conclusión

Afirmamos que Mateo 25:31-46 establece el momento de la siega (Mt. 13:40-43), en la que Dios separaría sus ovejas de los cabritos (Ez. 34:16-17), cuando el Hijo del Hombre regresara con sus ángeles en juicio para juzgar a Jerusalén por su rebeldía y apostasía (Mt. 21:33-46; 22:1-14). Que dicho evento ocurrió en el año 70 d. C. cuando el Imperio romano fue utilizado por Dios como instrumento de juicio contra la gran ciudad de Jerusalén como fue profetizado por Daniel en Dn. 9:26-27.

Concluimos que las tres expresiones mencionadas en la introducción que podrían dar paso a entender Mateo 25:31-46 como una referencia a la segunda venida de Jesucristo, cuando son entendidas a la luz de Ezequiel 34 simplemente establecen el tiempo del cumplimiento del juicio cuando el Pastor enviado por Dios viniera a separar las ovejas de los cabritos. Momento en el que muchos serían resucitados a vida eterna por medio de la introducción del nuevo pacto mientras que los demás serían juzgados.

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