¿Nos llama la Biblia a contender por la fe?
“Amados, por la gran solicitud
que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario
escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una
vez dada a los santos.” (Judas 3)
Es contradictorio que el Espíritu Santo haya usado a Judas (el medio
hermano de Jesús) para escribir sobre la importancia de la doctrina de la salvación
y que en nuestros días un sector de la “iglesia” alegue que se deben echar a un
lado las doctrinas, a fin de que pueda existir “unidad” y “amor”.
“La primera marca de la comunidad llena del Espíritu es la instrucción
o el estudio, porque lo primero que se nos dice acerca de esta comunidad
primitiva es que ‘perseveraba en la doctrina de los apóstoles’ (Hch.2:42). Este
cuerpo de Cristo recientemente constituido era una iglesia que aprendía y
estudiaba. En ella, el Espíritu Santo movía al pueblo de Dios a estudiar la
Palabra de Dios y a someterse a ella. ¿No es esto notable? ¿Sería esa la primera
marca que tú escogerías para describir una comunidad llena del Espíritu? Creo
que muy pocos la habrían escogido, pero eso fue lo primero que puso Lucas.
Estaban entregados a la doctrina de los apóstoles.” (John R. W. Stott)
Judas instó a los creyentes a contender
– ἐπαγωνίζομαι, lo que significa a luchar intensamente por la fe. Varias
razones son presentadas:
1- La fe verdadera se sujeta a la Palabra.
La fe no es privada, no es presunción ni positivismo, es confianza en
lo divinamente revelado.
“entendiendo
primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada.” (2 Pedro 1:20)
2- La fe nos fue dada una vez.
La fe o revelación de la Palabra de Dios en Cristo es completa. Por
ende, nadie tiene derecho a quitarle, ni a añadirle sin ser juzgado.
“Mirad que nadie
os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de
los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” (Colosenses 2:8)
3- La fe obedecida evidencia quiénes somos.
La fe que profesamos, afirmamos y vivimos evidencia quiénes somos y a
quién verdaderamente servimos.
“Y vosotros
vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en
medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo, de tal manera
que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído.
Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no
sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se
ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; porque
ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os
convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero, y
esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien
nos libra de la ira venidera. (1 Tesalonicenses 1:6-10)
CONCLUSIÓN:
A continuación, un pensamiento para reflexionar del teólogo R.C.
Sproul:
“Un cristiano no sólo es conocido por lo que cree y afirma, sino
también por lo que rechaza y niega.”
La Biblia nos llama a contender por la fe dentro de la iglesia. El
llamado no es a forzar a las personas del mundo a creer en algo. El llamado del
Espíritu es a no permitir que los falsos maestros tomen control de la iglesia.
Es un llamado al pastor a no únicamente velar por las ovejas, sino a
protegerlas de los lobos.
Bendiciones.
Pastor Gilberto Rufat