"Y Jesús le dijo: Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios." (Lucas 9:62)
Comentario:
Estas palabras de Jesús, responden a las declaraciones de algunos seguidores, que se expresaron ante él como interesados en seguirle, pero que le manifestaron que no podían hacerlo al momento, dando la impresión de que luego le seguirían.
Resulta interesante que aquellos que quisieron seguir a Jesús, pero que al momento antepusieron un aparente inconveniente, no fueran exhortados a volver, una vez estuvieran disponibles.
De hecho, las palabras de Jesús hacia ellos, parecen contener desde el principio la intención de persuadirlos a claudicar, en lugar de estimularlos a avanzar. ¿Por qué?
Jesús dio la contestación. Porque los que desde el principio anteponen el llamado al discipulado por cualquier otra cosa, están poniendo el mismo en un segundo lugar. De manera, que hoy será por una razón y mañana por otra, siendo así, no aptos para el reino de Dios.
Conclusión:
La verdad es que los que fueron llamados por Jesús a seguirle y respondieron, no fueron invitados, sino que fueron llamados a seguirle. ¿Por qué? Porque Dios llama, no invita.
De forma tal, que el Nuevo Testamento registra que los que en la soberana gracia de Dios fueron llamados, al instante, dejándolo todo le siguieron, sin necesidad de un tiempo de persuasión.
pastor Gilberto Rufat
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