sábado, 27 de mayo de 2023

¿QUÉ ES LA JUSTIFICACIÓN?


Introducción

 

La doctrina de la justificación surge como una de las doctrinas más importantes en el tiempo de la reforma protestante. Esta examinaba cómo el hombre pecador podía ser perdonado totalmente por Dios y, por consiguiente, gozar de un estado de paz para con él.

 

Para entender la doctrina de la justificación, es fundamental tomar como base el medio que Dios proveyó en el Antiguo Testamento para que el pueblo de Israel pudiera ser justificado o perdonado. El medio provisto por Dios era el tabernáculo. El pecado del Israel podía ser perdonado únicamente en dicho lugar, sin embargo, el perdón obtenido era uno provisional porque solo los pecados que se habían confesado y cometido anteriormente eran perdonados. Esto significaba que todos los días se debían ofrecer sacrificios para la redención de los nuevos pecados.

 

El sistema antiguo testamentario de reconciliación era imperfecto y temporal, como se establece en la carta a los Hebreos en los capítulos 9 y 10. ¿Por qué? Porque el medio que Dios escogió desde antes de la fundación del mundo para quitar el problema del pecado del hombre completamente y para siempre se llevaría a cabo mediante la obra de redención de Jesucristo, la cual aguardaba ser manifestada dentro del tiempo señalado por Dios (Gá 4:4-5).

 

Pasaje a considerar

 

“Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”. (Romanos 4:6-8)

 

comentario breve

 

Pablo cita el Salmo 32:1-2, en el que David recordaba la gracia de Dios perdonando sus pecados para presentar el significado de la justificación que Dios dispuso en Jesucristo, para todos los que se arrepienten de sus pecados y creen en el evangelio.

 

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño”. (Salmo 32:1-2)

 

En Romanos 4:6-8, Pablo presenta el tema de la justificación a través del Salmo 32:1-2 como sigue:

 

1- La justificación como una bienaventuranza

 

Esto quiere decir que quienes reciben el perdón de todos sus pecados son solamente los que se arrepienten de sus pecados y creen en Jesucristo como el enviado de Dios.

 

2- La justificación como un acto de la gracia de Dios

 

La justificación es un acto de gracia de Dios porque el pecador no recibe lo que merece, esto es, el castigo por su rebelión contra Dios, sino que recibe el perdón de todos sus pecados.

 

3- La justificación como el acto a través del cual Dios atribuye justicia a un hombre que merece condenación

 

La justificación significa que el hombre reconciliado con Dios ha quedado libre de su carga o deuda de pecados, por cuanto Dios le atribuye al creer, la justicia perfecta de Cristo. Algunos teólogos llaman a esto la doble transferencia, es decir, que Jesús cargó sobre sí mismo la totalidad de la deuda de los elegidos en la cruz, para que estos recibieran el perdón total de sus pecados obtenido por Jesús en la cruz.

 

4- La justificación como la exoneración completa de todas nuestras iniquidades y pecados

 

La justificación es un acto legal, a través del cual siendo satisfecha la justicia de Dios demandada por nuestros pecados, Dios declara libre de deudas a los que no podían hacer nada para obtenerla y aún más, no querían hacerlo.

 

En resumen, en el Salmo 32, David habla de la bienaventuranza de aquellos cuyas iniquidades son perdonadas como un acto de la gracia de Dios. El término justicia δικαιοσύνη empleado representa el acto por el cual Dios le imputa la justicia de Cristo al creyente, de modo que la justificación representa la misericordia de Dios actuando para salvar al pecador y además colocándolo en una nueva posición frente a Dios. Ahora ya no está bajo su ira (Ro 1:18), sino que se encuentra en paz para con Dios, en virtud de la obra de Jesucristo (Ro 5:1).

 

Conclusión

 

Concluimos que la justificación es la bienaventuranza de los que sin merecerlo reciben por la fe en Jesucristo el total perdón de sus pecados, mediante la imputación de la obra de Cristo. Que la justificación es la consumación del soberano plan de redención de Dios Padre a través de la redención mediada por Dios Hijo, la que sería comunicada y llevada a cabo eficazmente en la totalidad de los elegidos, a través de la obra de Dios Espíritu Santo. Podemos afirmar sin equivocarnos que la justificación es la corona de la seguridad eterna de la salvación de los santos, como establece Romanos 5:9-10:

 

“Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”. (Romanos 5:9-10)

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