20 objeciones al milenialismo dispensacionalista Pretribulacionista
Por: Pastor Gilberto Miguel Rufat
El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta diferentes problemas teológicos y contradicciones de las cuales las siguientes son las más serias:
1) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta un problema teológico, ya que termina con un Rey sin reino. En otras palabras, uno que debe esperar hasta el periodo milenial para reinar.
El problema con este punto es que el libro de Daniel expone que con la llegada del Mesías y su muerte (Dn. 9:26), se daría inicio al reino de los santos el cual nunca acabaría (Dn. 2:44; 7:19-27). El Mesías es la piedra que derribaría la imagen de los reinos de Daniel 2:35. En Daniel, el reino es recibido por Jesucristo, el Mesías, en su ascensión al cielo luego de su obra mesiánica (Dn. 7:13-14).
2) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio representa una clara contradicción al mensaje de Juan el Bautista (Mt. 3:1) y a las propias palabras de Jesús (Mr. 1:14-15; Mt. 4:17).
Tanto Juan el Bautista como Jesús hablaron acerca de la llegada del reino de Dios como un hecho presente y no futuro. Los apóstoles posteriormente hicieron lo mismo. Felipe anunciaba el evangelio del reino de Dios (Hch. 8:12). Pablo “…les declaraba y les testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas (Hch. 28:23). El autor de la carta a los Hebreos le asegura a sus destinatarios que habían recibido un reino inconmovible (He. 12:28). Juan en Apocalipsis le dice a los destinatarios que Jesús es el soberano de los reyes de la tierra y sus hijos, reyes y sacerdotes para Dios su Padre (Ap. 1:5-6). La pregunta es sencilla, ¿estaban viviendo el reino o se equivocaron todos incluyendo a Jesús?
3) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo presenta una contradicción al posponer la victoria de Cristo después del milenio.
Según el dispensacionalismo premilenial, Jesús no gana la última batalla sino hasta el final del periodo milenial. Es como si Jesucristo fuera el ganador de un “round” de boxeo (la segunda venida), pero no ha finalizado la pelea, la cual concluirá al final del milenio, según la posición de estudio.
Esto presenta una clara contradicción a la enseñanza del Nuevo Testamento que presenta a Jesús como victorioso sobre la muerte en la cruz (Col. 2:14-15). La carta a los Filipenses presenta claramente que: “Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre” (Fil. 2:9-11).
4) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta una contradicción al hecho de que el Nuevo Testamento muestra a Jesús sentado en su trono y no esperando un periodo o un tiempo para luego reinar sobre la tierra, cuando ya gobierna desde el cielo.
5) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio permitiría una doble y hasta una triple oportunidad de salvación en diferentes periodos; antes del rapto, dentro de la gran tribulación y en el milenio.
El problema teológico consiste en que el Nuevo Testamento enseña que luego de la segunda venida no habrá más oportunidad de salvación, sino una horrenda expectación de juicio.
6) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio contradice la enseñanza del Nuevo Testamento que enseña que la iglesia es una, que Cristo se entregó por ella y que regresará sólo por ella. Después del rapto de la iglesia, ¿a cuál grupo pertenecen los que supuestamente se salvan en la tribulación? ¿A la iglesia? ¿Cómo se salvan?
7) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio representa un claro y rotundo menosprecio a la obra de Jesús porque presenta la obra de Cristo como inconclusa, ya que su muerte no fue suficiente, pues él todavía no ha terminado su trabajo, por cuanto debe cumplir con varias profecías concernientes a Israel.
El Nuevo Testamento enseña que Jesús declaró sobre la cruz: “Consumado es”. Esto es, acabada es la obra (Jn. 19:30). El velo del templo se rasgó, dando fin a las ordenanzas de los sacrificios en el Antiguo Pacto (Mt. 27:51: He. 9:6-15).
8) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta una herejía al restablecer el templo y los sacrificios.
El Nuevo Testamento expone que no hace falta ningún otro sacrificio, pues Jesús fue el sacrificio perfecto (He. 5:9; 9:12; 9:15; 13:20). Por ende, la posición dispensacionalista pretribulacionista es un menosprecio a la obra de Jesucristo. La carta a los Hebreos explica que todo el sistema de sacrificios u ordenanzas era sombra de lo que se debía cumplir en la persona y obra de Cristo (He. 8:5; 10:1). De manera, que todo aquello fue abrogado (He. 8:13).
9) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio contradice la enseñanza del Nuevo Testamento de que después de la segunda venida no existirá más muerte.
El Nuevo Testamento declara que “Sorbida es la muerte en Victoria” (1 Co. 15:54) después de la segunda venida. Sin embargo, la posición dispensacionalista pretribulacionista termina con creyentes inmortales (eternos) viviendo en cuerpos glorificados y creyentes mortales (que mueren) en el milenio.
10) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta la falsa expectativa de un tiempo de prosperidad antes del fin.
El Nuevo Testamento claramente habla de un tiempo de tribulación antes del fin, no de un tiempo de prosperidad y de dominio de la iglesia sobre el mundo.
11) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio demuestra una contradicción al libro de Apocalipsis, pues los creyentes que duermen en Cristo están en el cielo y no en la tierra al final del milenio (Ap. 20:4).
Los muertos en Cristo, según la enseñanza de 1 Ts. 4:13-17, reciben cuerpos glorificados (Fil. 3:21) al final de la segunda venida. Éstos al descender con Jesús reciben la resurrección de sus cuerpos de la misma manera que los que han quedado hasta el fin (1 Ts. 3:13; 4:14) para dar paso al cielo nuevo y la tierra nueva (Ap. 21-22).
12) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio contradice la enseñanza del Nuevo Testamento que expone que en la segunda venida, los muertos serán levantados para juicio (Jn. 5:28-29).
Apocalipsis 20 dice que los muertos que no creyeron no serán levantados, sino hasta el día del juicio, el del gran trono blanco (Ap. 20:5; 13-15). Por consiguiente, el milenio es antes y no después de la segunda venida (2 Ts. 2:8-12; Ap. 20:5; 13-15). Los muertos son levantados para ser juzgados al final de la segunda venida y no al final del milenio después de la segunda venida.
En 2 Pedro podemos observar que el día del Señor o la segunda venida de Jesucristo trae consigo el juicio de Dios y no la inauguración del milenio.
13) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio contradice la enseñanza del Nuevo Testamento, pues la primera resurrección a la que hace referencia Juan en Apocalipsis 20, no es la del llamado “rapto secreto”, sino que es la resurrección de los pecadores a salvación.
En el Nuevo Testamento la resurrección es usada como una analogía de lo que sucede al momento de la salvación (Ef. 2:1; 5; Col. 2:13), la cual es consistente con Apocalipsis 20:6. Juan, el mismo autor de Apocalipsis, en su evangelio presenta que Jesús habló de dos resurrecciones; una en vida, refiriéndose a los que son llamados mediante el evangelio y otra al final, para juicio (Jn. 5:24-27).
14) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta un problema, pues coloca a los creyentes con cuerpos glorificados viviendo en un mundo sin ser transformado y en donde hay muerte.
El Nuevo Testamento enseña que la razón por la cual los creyentes reciben la transformación de sus cuerpos en la segunda venida de Jesucristo es para prepararlos para vivir en el cielo nuevo y la tierra nueva y no para vivir en el milenio después de la segunda venida (Ap. 21-22).
15) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio evidencia otro problema, pues Juan escribió en Apocalipsis que Satanás sería atado en el periodo milenial antes de la segunda venida, a fin de no engañar más a las naciones (Ap. 20:3).
¿Qué propósito tendría atar a Satanás en el Milenio, después de la segunda venida? Ahora, si el milenio representa la extensión o tiempo del plan de salvación antes de la segunda venida, entonces, el propósito de atar a Satanás es que la iglesia lleve a cabo la encomienda de recoger a cada uno de los elegidos a través del mensaje del evangelio (Mt. 16:18). De ahí, que sólo al final del milenio, Satanás será suelto y tratará de engañar nuevamente a las naciones, con el propósito de preparar el escenario para la segunda venida y la batalla final en la cual Cristo le pondrá punto final y será echado al lago de fuego y azufre (Ap. 20:10). Lea Apocalipsis 20:1-10 y observe que después de la segunda venida, no inicia el reino milenial, sino que finaliza, dando paso al cielo nuevo y la tierra nueva (Ap. 21:1-7).
16) Si el milenio comenzara después de la segunda venida de Cristo, tendríamos, por consiguiente, que hablar de una tercera venida al final del milenio, para dar comienzo al juicio del gran trono blanco (Ap. 20:11-15).
Recordemos que los promotores de la teoría del “rapto secreto” dividen la segunda venida en dos etapas; una venida en el rapto y otra venida al final de la tribulación o la segunda venida y luego al final del milenio para dar comienzo a la santa ciudad, la nueva Jerusalén, la eternidad (Ap. 21).
17) Si el milenio comenzara después de la segunda venida de Cristo sería necesario hablar de la reconstrucción de al menos dos templos más antes del fin.
El tercer templo, según los proponentes de la teoría del “rapto secreto”, tendrá que ser levantado antes de la gran tribulación para ser ocupado y destruido por el “anticristo” en este periodo. Luego, es necesario un cuarto templo, el cual deberá ser erigido y preparado para que supuestamente Jesús rija o gobierne desde ahí al mundo en el periodo milenial. Recordemos que hubo dos templos previamente destruidos; uno por los babilonios y el segundo, por los romanos. Por ende, el tercero sería destruido por el anticristo y el cuarto sería el templo del milenio. ¿Es bíblico este panorama? El Nuevo Testamento en ningún lado enseña acerca de la necesidad futura de un nuevo templo, pues Cristo mismo es el templo (Mt. 12:6; 26:61).
18) Debemos tener presente que no es saludable ni conveniente hacer teología de un solo pasaje, ya que, solamente en Apocalipsis 20:1-10 se habla de un periodo de mil años y debemos tomar en consideración que el lenguaje es apocalíptico.
“Es preciso destacar que no hay otro pasaje de las Escrituras que con claridad se refiera al milenio. Aplicar profecías del Antiguo Testamento que se refieren a la era de la salvación específicamente al milenio contradice la interpretación general que de tales profecías hace el Nuevo Testamento, que se consideran cumplidas en la salvación ya lograda por Cristo, y que han de completarse en la era venidera.” (Nuevo Diccionario Bíblico Certeza)
¿Significa esto que no existe tal cosa como un periodo milenial? No, ya que dentro del lenguaje apocalíptico se habla de los siete espíritus (Ap. 4:5) o los siete ojos de Dios (Ap. 5:6), lo cual no debe entenderse como algo literal. Lo que deseamos afirmar es que es un periodo simbólico del dominio de Cristo por medio de su iglesia antes de su segunda venida.
19) Debemos notar que aunque Apocalipsis 20:5 habla de la primera resurrección para los creyentes, allí no se habla de una segunda resurrección, sino de la segunda muerte (Ap. 20:14).
Pero, ¿por qué? La primera resurrección representa la salvación, el nuevo nacimiento o la regeneración (Jn. 5:26-29). La muerte segunda, el estado final del perdido, siendo su primera muerte su vida espiritual en la tierra y la segunda, su condenación eterna en el día del juicio final (Ap. 20:15; 2 Ts. 1:9).
20) El Milenio, una vez concluida la segunda venida de Jesucristo, según la posición de estudio presenta otro problema teológico y hermenéutico, pues nos deja en la incertidumbre de si el pasaje que estemos estudiando se refiere al rapto, a la segunda venida o a los eventos concernientes al final del milenio.
Bendiciones.
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