miércoles, 31 de agosto de 2016

¿Enseña 1Corintios 10 que podemos perder la salvación?


¿Enseña 1Corintios 10 que podemos perder la salvación? 

 Base Bíblica: 1 Corintios 10: 1- 13

Introducción:

1 de Corintios 10 no trata sobre la posibilidad de perder la salvación, sino que trata de la posibilidad de creer que se es salvo cuando en realidad no se es. Participar en una iglesia local no significa que se es parte de la iglesia universal. Dicho de otra manera, estar entre los santos no hace a nadie santo.

La carta a los corintios revela la gran necesidad de madurez que existía en la iglesia; aunque era una iglesia con múltiples dones. En la misma, existían divisiones por la preferencia de líderes y de pecados practicados de manera abierta, así como la falta de fe, entre muchos otros. De modo que el apóstol les escribe una carta para amonestarlos.

Pablo no ignoraba que un poco de levadura leuda la masa. La comunión de los santos con los que no lo eran, daba paso a todo tipo de tentaciones y situaciones que conducían al pecado. Siendo esta una carta para corregir, era de esperar que unos se arrepintieran de su pecado mientras otros, simplemente volverían atrás.

El apóstol estaba consciente de que en la iglesia de Corinto como en cualquiera otra, existen verdaderos creyentes como también falsos. Jesús enseñó la parábola del trigo y la cizaña a fin de presentar este punto. No era el trabajo del apóstol discernir quiénes eran verdaderos cristianos de los que no lo eran. Su trabajo era corregirlos por medio de la palabra de Dios reconociendo que los que son de Dios recibirían su palabra; mientras que los demás se rebelarían contra la misma y contra él.

Breve comentario:

En 1 de Corintios 10, Pablo presenta como ejemplo a aquellos de Israel que no entraron a la tierra prometida a pesar de que todos estuvieron bajo la nube, pasaron el mar, comieron del maná y bebieron de la roca de manera sobrenatural (1Co. 10:1-4). Y ¿por qué razón no entraron?

“Pero de los más de ellos no se agradó Dios; por lo cual quedaron postrados en el desierto.” (1Co. 10:5)

La salvación nunca ha sido por obras, sino por la fe. En otras palabras, que de nada les sirvió todo el viaje y haber visto la mano de Dios si no creerían. Éste es el mismo argumento del autor de la carta a los hebreos cuando expresa lo siguiente:


“Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo…” (Hebreos 3:14 – 4:3)

Observe, que no entraron a la tierra prometida, no por un pecado específico, sino porque no le creyeron a Dios y en sus corazones se volvieron a Egipto. Por esa razón, cedían a todas y cada una de las tentaciones en el desierto.

“Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros, para que no codiciemos cosas malas, como ellos codiciaron. Ni seáis idólatras, como algunos de ellos, según está escrito: Se sentó el pueblo a comer y a beber, y se levantó a jugar. Ni forniquemos, como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil. Ni tentemos al Señor, como también algunos de ellos le tentaron, y perecieron por las serpientes. Ni murmuréis, como algunos de ellos murmuraron, y perecieron por el destructor. Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos.” (1Co. 10:6-11)

Pablo exhorta a los verdaderos creyentes a no dar paso a las obras de la carne.

“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1Co. 10:12-13)

El verdadero creyente es el único quien puede resistir la prueba o la tentación. Éste cuenta con la fidelidad de Dios y no solamente con sus fuerzas. No es vencido por la naturaleza pecaminosa, sino que es sostenido por su nueva naturaleza espiritual ante Dios, quien le provee las fuerzas para resistir.

Conclusión:

Pablo concluye diciéndole a los corintios lo siguiente: “No podéis beber la copa del Señor, y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor, y de la mesa de los demonios. (1Co. 10:21) Por consiguiente, el llamado es a vivir centrados y firmes en el Señor, no dando paso a las obras de la carne, sino viviendo en la fe y para su sola gloria.

Por lo tanto, “examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Mas espero que conoceréis que nosotros no estamos reprobados. Y oramos a Dios que ninguna cosa mala hagáis; no para que nosotros aparezcamos aprobados, sino para que vosotros hagáis lo bueno, aunque nosotros seamos como reprobados. Porque nada podemos contra la verdad, sino por la verdad.” (2Co. 13:5-8)


Pastor Gilberto Rufat

martes, 16 de agosto de 2016

¿Qué significa, el que ama al prójimo, ha cumplido la ley? - Romanos 13:8-10



¿Qué significa, el que ama al prójimo, ha cumplido la ley?


Texto a considerar

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor” (Romanos 13:8-10)


Breve comentario

1- El amor es la razón detrás de la ley de Dios

Es nuestro deber como cristianos obedecer y amar a Dios, así como a nuestro prójimo. Deber que se fundamenta en el propósito de la ley, que es más importante que la propia ley, ya que le sostiene. De otro modo, que el propósito ulterior de la ley de Dios no es uno solamente de obediencia, sino de la preservación y el disfrute de todo lo establecido en la creación.

Si nos tornáramos al origen de la creación, la obediencia a Dios con relación a no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, tenía el propósito de que Adán y Eva pudieran disfrutar a plenitud de todo lo creado por Dios. Por consiguiente, la ley refleja el amor de Dios al mostrarnos de antemano aquello que nos hará daño.

El amor es el bien supremo, razón detrás de la ley de Dios y el camino a su cumplimiento. De manera que aquellos que van tras la lujuria, las meras pasiones o la auto gratificación no podrán amar a su prójimo jamás. Aquellos que viven únicamente para complacer sus propios apetitos egoístas y carnales, terminarán deshonrando y haciéndole daño a su prójimo.  

jueves, 11 de agosto de 2016

¿Qué dice la Biblia sobre los que causan divisiones y tropiezos? - Romanos 16:17



¿Qué dice la Biblia sobre los que causan divisiones y tropiezos?


“Mas os ruego, hermanos, [que os fijéis] en los que causan divisiones y tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, y [que os apartéis] de ellos.” (Romanos 16:17)


Introducción

Hoy como en los primeros años de la era cristiana, la iglesia se enfrenta al peligro del espíritu de la época, el sincretismo religioso. Éste es un “sistema filosófico que trata de conciliar doctrinas diferentes.” (DRAE)

En Romanos 16:17, podemos observar que ya en el primer siglo los creyentes estaban apercibidos de que no existían nuevas doctrinas ni debían permitirlas. 

Pablo expone dos mandamientos importantes contra los opositores del evangelio. Primero, el deber y la responsabilidad de la iglesia de reconocer a los que causan divisiones y tropiezos, al enseñar doctrinas contrarias a las enseñadas por los apóstoles. Segundo, el deber de exponerlos y apartarse de ellos.

“Un poco de levadura leuda toda la masa.” (Gá. 5:9)


1- Que os fijéis en los que causan divisiones y tropiezos

El término fijéis del griego “skopeo (σκοπέω, G4648), significa mirar a, contemplar. Está relacionado con “skopos” que representa una marca, blanco o meta. Se usa metafóricamente de mirar, y se traduce «os fijéis» en Ro. 16:17, de una advertencia en contra de aquellos que provocan divisiones.” (Diccionario Vine)

El avance y alcance del evangelio en el primer siglo aglomeró personas con diferentes trasfondos culturales y religiosos. La diversidad, aunque podía enriquecer la iglesia, traía de la mano el peligro de que algunos interpretaran el evangelio según sus creencias y cultura. Lamentablemente, muchas personas buscaban un sistema de creencias en el cual pudieran combinar diferentes ideas y no una religión verdadera (Col. 2:8-10).

En nuestros días, para muchos la idea de una religión verdadera es en sí misma ofensiva. Por ende, no debemos sorprendernos si queriendo hacer la voluntad de Dios, hallamos oposición, pues siempre la ha habido y la habrá. Cada vez que usted se levante a edificar los muros, se levantarán los Sambalat y los Tobías como en el tiempo de Nehemías (Neh. 2:10; 4:1).

No obstante, habrá otro tipo de oposición no tan evidente, la cual es la más peligrosa. ¿Por qué? Porque habrá hombres con apariencia de piedad (2Tm. 3:5). En otras palabras, hombres que tendrían fachada de espiritualidad. Por tal razón, Pablo le dice a los creyentes que debían estar alertas. Como dijera Ireneo de Lyon:

El error nunca se presenta en toda su desnuda crudeza, a fin de que no se le descubra. Antes bien se viste elegantemente, para que los incautos crean que es más verdadero que la verdad misma.”

miércoles, 10 de agosto de 2016

¿Qué significa vivir en el Espíritu Santo? - Romanos 8:1-27

¿Qué significa vivir en el Espíritu Santo?

Base Bíblica: Romanos 8:1-27


Introducción

La Biblia nos llama a vivir una vida agradable a Dios. Sin embargo, la misma solamente puede ser alcanzada si aprendemos a vivir en comunión con el Espíritu Santo. Algunos, erróneamente asocian vivir en el Espíritu con alguna doctrina o enseñanza carismática o pentecostal. No obstante, la doctrina del Espíritu Santo y su obra en el creyente es fundamental para comprender la vida cristiana. Cuando nos referimos a aprender a vivir en el Espíritu Santo, nos referimos a la necesidad de todo creyente de someterse al control o a la voluntad de Dios. 

En Romanos 8, Pablo presenta la única manera en la que podemos vivir siendo agradables a Dios, viviendo por medio del Espíritu. Pero, ¿no es suficiente con Cristo? ¿Por qué debemos aprender a vivir en el Espíritu? A continuación, algunos aspectos a considerar.


I. La carne no puede sujetarse a Dios.

Aunque Cristo (el Hijo) es la base de nuestro perdón y de nuestra reconciliación con Dios, no obstante, el Espíritu Santo es el agente regenerador y vivificador en la vida del creyente. En nuestra naturaleza humana no podemos agradar a Dios, por cuanto la carne no puede sujetarse a sus mandamientos. A continuación, dos razones fundamentales para ello:

lunes, 8 de agosto de 2016

¿En lo que juzgo a otro, me condeno a mí mismo? - Romanos 2:1



¿En lo que juzgo a otro, me condeno a mí mismo?


Base bíblica

“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues [en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo]; porque tú que juzgas haces lo mismo.” (Romanos 2:1)


INTRODUCCIÓN

Emitir juicios morales es parte de la naturaleza y de la realidad humana. Los sistemas de derecho y ley en el mundo son evidencia de ello. Sin embargo, debemos preguntarnos, ¿sobre qué base moral emitimos juicios? ¿De dónde surge la moral? ¿Es la moral un valor adquirido y condicionado a nuestro estado o al tiempo en el que vivimos? ¿Es la moral algo relativo o absoluto? ¿Pudo la ley moral proceder de la naturaleza de los hombres o tiene un dador externo a ellos?

Independientemente de cuál sea en este momento nuestra posición, la realidad es que todos juzgamos. El término juzgas utilizado por Pablo proviene de la palabra griega “krino”, la cual hace referencia a distinguir, elegir, dar una opinión acerca de, juzgar. Denota en ciertas ocasiones condenar. (Diccionario Vine)


aspectos a considerar al juzgar a otros

La carta a los Romanos expone que debemos tener cuidado al emitir juicios sobre nuestros hermanos en la fe y más si se trata de un asunto relacionado con su salvación. Pablo se expresa de la manera siguiente:

“¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.” (Romanos 14:4)

A continuación, varias razones que debemos tener presentes al juzgar:

Génesis como fuente oculta del maniqueísmo

  Artículo: Génesis como fuente oculta del maniqueísmo Autora: Evgenla Moiseeva Fuente: https://brill.com/view/journals/scri/13/1/article-p1...