Una Nueva teoría
amenaza a la iglesia: la Interseccionalidad
¿Qué es la teoría
social de la interseccionalidad?
El término interseccionalidad fue acuñado por Kimberlé
Williams Crenshaw, académica y profesora estadounidense especializada en el
campo de la teoría crítica de la raza en el año 1989. La teoría de la
interseccionalidad es una de carácter social. En la misma, el ser
humano es fragmentado en diversas categorías tales como la
raza, origen de nacimiento, posición socioeconómica, edad, color de piel,
estatus migratorio y el género sexual, entre otras. Las categorías sirven para comprender el
proceso de integración del individuo en determinada estructura social. Su propósito es
evaluar el porqué algunos individuos nacen con determinados privilegios;
mientras que otros nacen bajo marginación y destinados a la opresión.
En algunos círculos religiosos, la teoría de la
interseccionalidad social se presenta como una herramienta social. Una que aparente
y alegadamente permite una mejor comprensión de los problemas sociales al categorizarlos,
mediante el análisis de manera separada y el estudio de cómo se intersectan e
interactúan unos con otros. Por ejemplo, la teoría de la interseccionalidad
aseverará que las mujeres negras están en desventaja sobre las blancas. Pero si
la misma mujer negra fuera también pobre, estaría en una mayor desventaja y si fuera
obesa, la misma estaría en una mayor desventaja social y así, sucesivamente. De
manera, que las diferentes categorías sociales se suman promoviendo privilegios
para unos y desventajas u opresión para otros.
El argumento principal de dicha teoría es que nacemos en
ventaja o en desventaja social debido a la estructura social en la que nacemos.
Por lo que se desprende, que la estructura social es el factor que genera todos
nuestros problemas sociales. Pero ¿quién determina la estructura social? La teoría
responderá que la clase social dominante o la mayoría en poder es quien la
determina. Resalta el hecho de que la base de la teoría de la
interseccionalidad es similar a la teoría marxista. ¿Por qué? Porque parte de
la premisa de que el problema social radica en una lucha de clases generada por
una clase dominante. En el caso de la teoría marxista, la lucha se presenta
entre la clase proletaria y la clase obrera.
“Según Karl Marx y Friedrich
Engels, a través de la historia, las personas han tratado de organizarse en
diferentes tipos de sociedades bajo la tensión causada por pobres y ricos,
hombres libres y esclavos, los patricios y la plebe, señores feudales y
siervos, maestros de corporaciones y oficiales, burguesía y proletariado. Este
conflicto solo puede resolverse cuando se llegue a una sociedad sin clases, sin
que ello suponga la desaparición del proceso y del progreso histórico y
fundamental.”[1]
Esto debería hacernos
levantar una bandera roja, ya que los
esfuerzos podrían no estar dirigidos a conseguir la igualdad del ser humano
independientemente de su raza, género,
lugar de nacimiento o
procedencia, entre otros. Lo
que podría estar en juego es la desaparición de toda base moral, para dar
paso a todo tipo de inmoralidad y cambios en la estructura de orden dispuesta
por el Creador.
¿Cómo avanza o logra
apertura la teoría de la interseccionalidad en general?
1- Presentándose como defensora de los
derechos humanos
Estos grupos minoritarios son defendidos
por los nuevos “Martin Luther King”. Es aquí donde radica la peligrosidad de esta
agenda. ¿Por qué? Porque no todos los reclamos son legítimos. Algunas de estas
llamadas minorías lo que buscan es que un amplio sector de la sociedad acepte y
consienta con conductas claramente reprobadas y condenadas por Dios en las
Escrituras.
2- Imponiendo un sentido de culpa sobre la
sociedad en general
Reconocemos que muchos de los reclamos son legítimos
y justos. Nadie debería ser oprimido por su raza, color de su piel, procedencia
u origen, estatus social o por el género sexual de nacimiento, entre otros. Aquí
es donde reside la peligrosidad, pues sus proponentes se valen de algunos reclamos
legítimos e históricos para lograr la aprobación de otros que no lo son. Además,
manipulan a las personas mediante un juego psicológico que busca imponer un
sentido de culpa sobre la sociedad en general.
Si usted no nació en alguna de estas categorías,
entonces pertenece a la clase dominante, por lo tanto, es culpable de la opresión
de las minorías. Por ejemplo: Si usted nació con tez blanca, es culpable de la
esclavitud de la raza negra. El problema con dichas aseveraciones es que son
falsas en su base, por cuanto el registro histórico sobre la esclavitud demuestra
que nunca se limitó a los negros. Los blancos no fueron los únicos que en algún
momento tuvieron esclavos, ya que la esclavitud es un hecho histórico corroborable
en diversas sociedades y tiempos, aun en la bíblica. Además, debería llamarnos
la atención que aquellos que “promueven la justicia social” promuevan mentiras
y culpa sobre personas que no participaron de tales injusticias.
3- Presentándose como la mejor alternativa de educación
social
Según los proponentes de la teoría de la
interseccionalidad, además de usted ser culpable de la opresión de los que no
nacieron con sus mismos privilegios, es necesario ser instruido o reeducado por
estos sectores minoritarios. ¿Por qué? Porque se parte de la premisa equivocada
de que quien no ha vivido una experiencia de manera personal no puede entender
la misma. Nos vemos en la obligación de señalar otra premisa falsa. Es de
conocimiento general, que nadie tiene que hacer uso de sustancias controladas o
de alcohol para saber que son nocivas a la salud.
Es lamentable y decepcionante que la
denominación Bautista del Sur, tradicionalmente conservadora, le haya dado paso
a la teoría de la interseccionalidad. Nos preguntamos y cuestionamos lo
siguiente: ¿cómo una teoría de base atea tuvo aceptación? ¿Cómo se pretenden
atender y resolver problemas sociales partiendo de una antropología contraria a
las Sagradas Escrituras? La Biblia expone que el problema del hombre radica en su
naturaleza caída. ¿Desde cuándo el evangelio se convirtió en un instrumento de
cambio social y no de salvación personal?
Las Sagradas Escrituras nos muestran
excelentes ejemplos para no dejarnos engañar. Jesús le dijo a sus discípulos: “Siempre
tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero
a mí no siempre me tendréis.” (Marcos 14:7) Cuando Jesús supo que la multitud
de seguidores el día de la alimentación de los cinco mil quería hacerle rey, se
“volvió a retirarse al monte solo” (Mateo 6:14-15). ¿Por qué? Porque Jesús
nunca vino en su primera venida a resolver los problemas de libertad política y
social de Judá bajo el Imperio romano.
Lamentablemente, la teoría de la
interseccionalidad fue promovida por diferentes líderes y posteriormente fue aceptada
como una herramienta de trabajo social, puesto que, según sus postulantes, es necesaria
para alejarnos de las injusticias sociales ocurridas en nuestra historia. Los
cristianos no necesitamos de ninguna teoría social para arrepentirnos y para enmendar
el daño que hayamos causado en determinado momento. Para ello tenemos el
evangelio y la obra poderosa del Espíritu Santo de Dios actuando en nosotros.
¿Cómo los cristianos debemos
responder a la teoría social de la interseccionalidad?
Los cristianos debemos responder a esta nueva amenaza como
lo hiciera el profeta Isaías: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren
conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20). Los cristianos tenemos
en la Biblia “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Pedro
1:3). Es preciso cuidarnos de “que nadie os engañe por medio de filosofías y
huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos
del mundo, y no según Cristo (Colosenses 2:8). La Palabra de Dios es nuestra regla
suprema en materia de fe y práctica en todas las áreas de la vida y del saber. Porque
“toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir,
para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Por
consiguiente, no requerimos de teorías sociales de construcción humana que
rechazan como base la condición antropológica del ser humano, tal y como es
presentada en la Biblia y, por consiguiente, al Dios de la Biblia.
No nos dejemos engañar. La Palabra de Dios no separa la
conducta social del problema del pecado en el hombre. Los problemas sociales no
tienen su génesis en construcciones o estructuras sociales por una clase
dominante. El problema social tiene su raíz en el corazón no regenerado del ser
humano. La única respuesta verdadera a un mundo caído es el arrepentimiento de
los pecados y la fe en la obra del único mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5).
Si la iglesia ha de pretender hacer algo por los hombres,
encomienda le ha sido delegada, la tarea de ir y de predicar el evangelio al
mundo (Mateo 28:18-20; Efesios 3:10). La justicia que necesita el hombre es
aquella provista por Dios en Cristo. “¿No sabéis que si os sometéis a alguien
como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea
del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16).
La manera de enfrentar y de aminorar los problemas sociales
es a través del arrepentimiento personal de los pecados y de la sola fe en la
justicia de Dios provista a través de Jesucristo. Contradictoriamente, esto es
precisamente lo que muchos de los grupos que favorecen esta nueva teoría repudian.
Es necesario entender que únicamente el evangelio “es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”
(Romanos 1:16). El evangelio rompe con las barreras divisorias establecidas por
los hombres y solamente por medio de Jesucristo es que podemos vivir en paz
para con Dios y para con el prójimo (Efesios 2:14-16). El amor y el respeto al
prójimo se halla en Dios Hijo y no en ninguna teoría social por más bien
intencionada que parezca. Si aspiramos a vivir en una sociedad mejor, una en la
cual “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer…”
(Gálatas 3:28), entonces debemos tener en mente, que esto no se logra
colectivamente, sino individualmente, por medio de la salvación en Jesucristo.
Por: Pastor Gilberto Miguel Rufat
[1]
Zoulin Ti (11 de mayo de 2012), USSR 1947, consultado el 21 de julio de 2018
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