lunes, 12 de agosto de 2019

La Interseccionalidad



Una Nueva teoría amenaza a la iglesia: la Interseccionalidad

¿Qué es la teoría social de la interseccionalidad?

El término interseccionalidad fue acuñado por Kimberlé Williams Crenshaw, académica y profesora estadounidense especializada en el campo de la teoría crítica de la raza en el año 1989. La teoría de la interseccionalidad es una de carácter social. En la misma, el ser humano es fragmentado en diversas categorías tales como la raza, origen de nacimiento, posición socioeconómica, edad, color de piel, estatus migratorio y el género sexual, entre otras. Las categorías sirven para comprender el proceso de integración del individuo en determinada estructura social. Su propósito es evaluar el porqué algunos individuos nacen con determinados privilegios; mientras que otros nacen bajo marginación y destinados a la opresión.  

En algunos círculos religiosos, la teoría de la interseccionalidad social se presenta como una herramienta social. Una que aparente y alegadamente permite una mejor comprensión de los problemas sociales al categorizarlos, mediante el análisis de manera separada y el estudio de cómo se intersectan e interactúan unos con otros. Por ejemplo, la teoría de la interseccionalidad aseverará que las mujeres negras están en desventaja sobre las blancas. Pero si la misma mujer negra fuera también pobre, estaría en una mayor desventaja y si fuera obesa, la misma estaría en una mayor desventaja social y así, sucesivamente. De manera, que las diferentes categorías sociales se suman promoviendo privilegios para unos y desventajas u opresión para otros.

El argumento principal de dicha teoría es que nacemos en ventaja o en desventaja social debido a la estructura social en la que nacemos. Por lo que se desprende, que la estructura social es el factor que genera todos nuestros problemas sociales. Pero ¿quién determina la estructura social? La teoría responderá que la clase social dominante o la mayoría en poder es quien la determina. Resalta el hecho de que la base de la teoría de la interseccionalidad es similar a la teoría marxista. ¿Por qué? Porque parte de la premisa de que el problema social radica en una lucha de clases generada por una clase dominante. En el caso de la teoría marxista, la lucha se presenta entre la clase proletaria y la clase obrera.

Según Karl Marx y Friedrich Engels, a través de la historia, las personas han tratado de organizarse en diferentes tipos de sociedades bajo la tensión causada por pobres y ricos, hombres libres y esclavos, los patricios y la plebe, señores feudales y siervos, maestros de corporaciones y oficiales, burguesía y proletariado. Este conflicto solo puede resolverse cuando se llegue a una sociedad sin clases, sin que ello suponga la desaparición del proceso y del progreso histórico y fundamental.”[1] Esto debería hacernos levantar una bandera roja, ya que los esfuerzos podrían no estar dirigidos a conseguir la igualdad del ser humano independientemente de su raza, género, lugar de nacimiento o procedencia, entre otros. Lo que podría estar en juego es la desaparición de toda base moral, para dar paso a todo tipo de inmoralidad y cambios en la estructura de orden dispuesta por el Creador. 

¿Cómo avanza o logra apertura la teoría de la interseccionalidad en general?   

   1- Presentándose como defensora de los derechos humanos

Estos grupos minoritarios son defendidos por los nuevos “Martin Luther King”. Es aquí donde radica la peligrosidad de esta agenda. ¿Por qué? Porque no todos los reclamos son legítimos. Algunas de estas llamadas minorías lo que buscan es que un amplio sector de la sociedad acepte y consienta con conductas claramente reprobadas y condenadas por Dios en las Escrituras.

   2- Imponiendo un sentido de culpa sobre la sociedad en general   

Reconocemos que muchos de los reclamos son legítimos y justos. Nadie debería ser oprimido por su raza, color de su piel, procedencia u origen, estatus social o por el género sexual de nacimiento, entre otros. Aquí es donde reside la peligrosidad, pues sus proponentes se valen de algunos reclamos legítimos e históricos para lograr la aprobación de otros que no lo son. Además, manipulan a las personas mediante un juego psicológico que busca imponer un sentido de culpa sobre la sociedad en general.  

Si usted no nació en alguna de estas categorías, entonces pertenece a la clase dominante, por lo tanto, es culpable de la opresión de las minorías. Por ejemplo: Si usted nació con tez blanca, es culpable de la esclavitud de la raza negra. El problema con dichas aseveraciones es que son falsas en su base, por cuanto el registro histórico sobre la esclavitud demuestra que nunca se limitó a los negros. Los blancos no fueron los únicos que en algún momento tuvieron esclavos, ya que la esclavitud es un hecho histórico corroborable en diversas sociedades y tiempos, aun en la bíblica. Además, debería llamarnos la atención que aquellos que “promueven la justicia social” promuevan mentiras y culpa sobre personas que no participaron de tales injusticias.

   3- Presentándose como la mejor alternativa de educación social

Según los proponentes de la teoría de la interseccionalidad, además de usted ser culpable de la opresión de los que no nacieron con sus mismos privilegios, es necesario ser instruido o reeducado por estos sectores minoritarios. ¿Por qué? Porque se parte de la premisa equivocada de que quien no ha vivido una experiencia de manera personal no puede entender la misma. Nos vemos en la obligación de señalar otra premisa falsa. Es de conocimiento general, que nadie tiene que hacer uso de sustancias controladas o de alcohol para saber que son nocivas a la salud.   

Es lamentable y decepcionante que la denominación Bautista del Sur, tradicionalmente conservadora, le haya dado paso a la teoría de la interseccionalidad. Nos preguntamos y cuestionamos lo siguiente: ¿cómo una teoría de base atea tuvo aceptación? ¿Cómo se pretenden atender y resolver problemas sociales partiendo de una antropología contraria a las Sagradas Escrituras? La Biblia expone que el problema del hombre radica en su naturaleza caída. ¿Desde cuándo el evangelio se convirtió en un instrumento de cambio social y no de salvación personal?

Las Sagradas Escrituras nos muestran excelentes ejemplos para no dejarnos engañar. Jesús le dijo a sus discípulos: “Siempre tendréis a los pobres con vosotros, y cuando queráis les podréis hacer bien; pero a mí no siempre me tendréis.” (Marcos 14:7) Cuando Jesús supo que la multitud de seguidores el día de la alimentación de los cinco mil quería hacerle rey, se “volvió a retirarse al monte solo” (Mateo 6:14-15). ¿Por qué? Porque Jesús nunca vino en su primera venida a resolver los problemas de libertad política y social de Judá bajo el Imperio romano.

Lamentablemente, la teoría de la interseccionalidad fue promovida por diferentes líderes y posteriormente fue aceptada como una herramienta de trabajo social, puesto que, según sus postulantes, es necesaria para alejarnos de las injusticias sociales ocurridas en nuestra historia. Los cristianos no necesitamos de ninguna teoría social para arrepentirnos y para enmendar el daño que hayamos causado en determinado momento. Para ello tenemos el evangelio y la obra poderosa del Espíritu Santo de Dios actuando en nosotros.  

¿Cómo los cristianos debemos responder a la teoría social de la interseccionalidad?

Los cristianos debemos responder a esta nueva amenaza como lo hiciera el profeta Isaías: “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20). Los cristianos tenemos en la Biblia “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad” (2 Pedro 1:3). Es preciso cuidarnos de “que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo (Colosenses 2:8). La Palabra de Dios es nuestra regla suprema en materia de fe y práctica en todas las áreas de la vida y del saber. Porque “toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17). Por consiguiente, no requerimos de teorías sociales de construcción humana que rechazan como base la condición antropológica del ser humano, tal y como es presentada en la Biblia y, por consiguiente, al Dios de la Biblia.  

No nos dejemos engañar. La Palabra de Dios no separa la conducta social del problema del pecado en el hombre. Los problemas sociales no tienen su génesis en construcciones o estructuras sociales por una clase dominante. El problema social tiene su raíz en el corazón no regenerado del ser humano. La única respuesta verdadera a un mundo caído es el arrepentimiento de los pecados y la fe en la obra del único mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre (1 Timoteo 2:5).

Si la iglesia ha de pretender hacer algo por los hombres, encomienda le ha sido delegada, la tarea de ir y de predicar el evangelio al mundo (Mateo 28:18-20; Efesios 3:10). La justicia que necesita el hombre es aquella provista por Dios en Cristo. “¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?” (Romanos 6:16).

La manera de enfrentar y de aminorar los problemas sociales es a través del arrepentimiento personal de los pecados y de la sola fe en la justicia de Dios provista a través de Jesucristo. Contradictoriamente, esto es precisamente lo que muchos de los grupos que favorecen esta nueva teoría repudian. Es necesario entender que únicamente el evangelio “es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16). El evangelio rompe con las barreras divisorias establecidas por los hombres y solamente por medio de Jesucristo es que podemos vivir en paz para con Dios y para con el prójimo (Efesios 2:14-16). El amor y el respeto al prójimo se halla en Dios Hijo y no en ninguna teoría social por más bien intencionada que parezca. Si aspiramos a vivir en una sociedad mejor, una en la cual “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer…” (Gálatas 3:28), entonces debemos tener en mente, que esto no se logra colectivamente, sino individualmente, por medio de la salvación en Jesucristo.

Por: Pastor Gilberto Miguel Rufat


[1] Zoulin Ti (11 de mayo de 2012), USSR 1947, consultado el 21 de julio de 2018

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