jueves, 5 de julio de 2018

Lobos rapaces o falsos profetas - Mateo 7:15-20





Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. (Mateo 7:15)

El tiempo gramatical del griego con el que comienza este versículo, según el teólogo Spiros Zodhiates, es un imperativo presente activo, lo que representa un mandato u orden. La expresión “guardaos” demanda que los discípulos tuvieran cautela y prestaran atención a quienes reconocerían o aceptarían como ministros de Dios para su pueblo.

Por otro lado, el pasaje presenta con el mandato la razón del mismo, siendo esta una advertencia. Debían estar apercibidos de que falsos líderes se levantarían dentro de las iglesias. Estos son descritos como falsos creyentes, por cuanto se visten de oveja, pues no pertenecen al rebaño. No se trata de que sean neófitos en el ministerio, sino de falsos pastores o líderes en las filas de la iglesia.

La expresión “vienen a vosotros” podría presentar la connotación de que no surgen de la iglesia local, mas bien que llegan a ella queriendo ejercer siendo reconocidos como ministros de Dios. Vemos que uno de los problemas que tiene la iglesia en el presente con relación al ministerio pastoral, radica en constituir, colocar o aprobar pastores sin ningún tipo de confirmación de su llamado ni de su ejecución en el ministerio.

La frase “lobos rapaces” señala tanto su naturaleza, procedencia, así como su propósito. No han sido regenerados, son emisarios de Satanás y su propósito es despojar sutilmente a la iglesia de la verdad y robarle al rebaño de Dios. Es lamentable que en la necesidad de algunas denominaciones o congregaciones para suplir la “necesidad de pastor o pastores” estén colocando a hombres que no han pasado por ningún escrutinio, a fin de ser validados o confirmados como hombres llamados por Dios.

Algunas razones posibles para que esta problemática ocurra (y según mi experiencia) en el ministerio son las siguientes:

     1)      La iglesia ha hecho caso omiso del mandato considerado en Mateo 7:15. Aquí no hay una sugerencia, sino un llamado a velar por la iglesia.

     2)      El desconocimiento, ignorancia o irresponsabilidad del liderato y de algunas iglesias locales de calificar o descalificar a los líderes que ejercerán el ministerio a la luz del carácter, testimonio y dones que deben poseer para la obra del ministerio, según suscritos en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1: 5-11, entre otras.

3)      El menosprecio que existe de algunos miembros de la comunidad de fe hacia los verdaderos profetas o voceros de Dios, quienes desean guiar a la iglesia a vivir, así como a realizar la voluntad de Dios conforme a las Escrituras.

     4)      El menosprecio de algunos feligreses a la academia o al seminario en algunas iglesias. Lamentablemente, tenemos una generación de creyentes ignorantes que creen que vivir en el Espíritu es vivir por el sistema nervioso central. Estos menosprecian el llamado del ministro, su preparación formal para la obra del ministerio y rehúsan someterse al cuidado pastoral.

     5)      Una de las razones más importantes en la mayoría de las iglesias, es la falta de un plan de discipulado bíblico intencional, que provea para el crecimiento y para la edificación de los santos con el propósito de equiparlos para la obra del ministerio, resultando en que algunas iglesias anden en búsqueda de pastor o pastores que no conocen, lo que provee un excelente escenario para los “lobos rapaces” o los “falsos profetas”.

Pastor Gilberto Miguel Rufat

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