Guardaos de los falsos profetas, que
vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
(Mateo 7:15)
El tiempo gramatical del griego con el
que comienza este versículo, según el teólogo Spiros Zodhiates, es un
imperativo presente activo, lo que representa un mandato u orden. La expresión
“guardaos” demanda que los discípulos tuvieran cautela y prestaran atención a quienes
reconocerían o aceptarían como ministros de Dios para su pueblo.
Por otro lado, el pasaje presenta con el mandato
la razón del mismo, siendo esta una advertencia. Debían estar apercibidos de
que falsos líderes se levantarían dentro de las iglesias. Estos son descritos
como falsos creyentes, por cuanto se visten de oveja, pues no pertenecen al
rebaño. No se trata de que sean neófitos en el ministerio, sino de falsos
pastores o líderes en las filas de la iglesia.
La expresión “vienen a vosotros” podría presentar
la connotación de que no surgen de la iglesia local, mas bien que llegan a ella
queriendo ejercer siendo reconocidos como ministros de Dios. Vemos que uno de
los problemas que tiene la iglesia en el presente con relación al ministerio
pastoral, radica en constituir, colocar o aprobar pastores sin ningún tipo de confirmación
de su llamado ni de su ejecución en el ministerio.
La frase “lobos rapaces” señala tanto su
naturaleza, procedencia, así como su propósito. No han sido regenerados, son
emisarios de Satanás y su propósito es despojar sutilmente a la iglesia de la
verdad y robarle al rebaño de Dios. Es lamentable que en la necesidad de algunas
denominaciones o congregaciones para suplir la “necesidad de pastor o pastores”
estén colocando a hombres que no han pasado por ningún escrutinio, a fin de ser
validados o confirmados como hombres llamados por Dios.
Algunas razones posibles para que esta problemática
ocurra (y según mi experiencia) en el ministerio son las siguientes:
1)
La iglesia ha hecho caso
omiso del mandato considerado en Mateo 7:15. Aquí no hay una sugerencia, sino
un llamado a velar por la iglesia.
2)
El desconocimiento, ignorancia
o irresponsabilidad del liderato y de algunas iglesias locales de calificar o
descalificar a los líderes que ejercerán el ministerio a la luz del carácter,
testimonio y dones que deben poseer para la obra del ministerio, según suscritos
en 1 Timoteo 3:1-7 y Tito 1: 5-11, entre otras.
4)
El menosprecio de algunos
feligreses a la academia o al seminario en algunas iglesias. Lamentablemente,
tenemos una generación de creyentes ignorantes que creen que vivir en el Espíritu
es vivir por el sistema nervioso central. Estos menosprecian el llamado del
ministro, su preparación formal para la obra del ministerio y rehúsan someterse
al cuidado pastoral.
5)
Una de las razones más
importantes en la mayoría de las iglesias, es la falta de un plan de
discipulado bíblico intencional, que provea para el crecimiento y para la edificación
de los santos con el propósito de equiparlos para la obra del ministerio,
resultando en que algunas iglesias anden en búsqueda de pastor o pastores que
no conocen, lo que provee un excelente escenario para los “lobos rapaces” o los
“falsos profetas”.
Pastor Gilberto Miguel Rufat
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.