martes, 30 de diciembre de 2014
lunes, 29 de diciembre de 2014
La Propaganda según Joseph Goebbels
La Propaganda según Joseph Goebbels
Aquí a continuación, los "11 principios de la propaganda" escritos por Goebbels, cualquier similitud con la realidad actual es, por supuesto, sólo una curiosa coincidencia. Después de leerlos, usted sabrá decir si muchos han aprendido de todo ésto.
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Fuente: http://historiasladob.blogspot.com/2014/12/los-11-principios-de-la-propaganda-por.html#links
viernes, 26 de diciembre de 2014
No había lugar para ellos en el Mesón - Lucas 2:7
"Y dio a luz a su hijo primogénito, y
lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para
ellos en el mesón". (Lucas 2:7)
Si de algo estoy convencido es que la providencia de
Dios no falla. Dios provee para que su soberano plan tenga cumplimiento. Es así
como comienza el capítulo dos de Lucas, en donde vemos a Dios proveyendo para
que José y María, a pesar de lo adelantado del estado de embarazo, se vean
forzados a ir a Belén por orden de un edicto. De manera, que se cumpliese la
profecía sobre dónde habría de nacer el Mesías (Mateo 2:5-6).
No obstante, en la misma narración se nos dice que María tuvo que dar a luz en un pesebre o establo, porque no había lugar para ellos en el Mesón. ¿No cree que Dios pudo haber arreglado todo de modo que Jesús naciera al menos en el Mesón? La lectura del capítulo dos de Lucas nos da la razón. La misma no fue por un imprevisto o un cabo suelto dentro del plan, sino que fue parte de éste, pues Dios lo eligió para de esa manera revelarse a los pastores que velaban en aquella región. Cuando Dios se propone revelarse a alguien, él escoge de manera anticipada y apropiada el lugar, el tiempo y la forma o manera.
Lo mismo sucedió con la llegada de los sabios o los magos de oriente. Llegaron a la casa porque ese fue el lugar y el tiempo, a fin de que estos hombres llegaran a adorar y proveyeran los recursos económicos (oro, incienso y mirra) para el viaje y la estadía de la familia en Egipto. Además, para dar paso a la profecía de Jeremías 31:15, que profetizaba la matanza de los niños, según narrada en Mateo 2:12-18, así como la salida posterior de José, María y Jesús de Egipto, según Oseas 11:1.
No obstante, en la misma narración se nos dice que María tuvo que dar a luz en un pesebre o establo, porque no había lugar para ellos en el Mesón. ¿No cree que Dios pudo haber arreglado todo de modo que Jesús naciera al menos en el Mesón? La lectura del capítulo dos de Lucas nos da la razón. La misma no fue por un imprevisto o un cabo suelto dentro del plan, sino que fue parte de éste, pues Dios lo eligió para de esa manera revelarse a los pastores que velaban en aquella región. Cuando Dios se propone revelarse a alguien, él escoge de manera anticipada y apropiada el lugar, el tiempo y la forma o manera.
Lo mismo sucedió con la llegada de los sabios o los magos de oriente. Llegaron a la casa porque ese fue el lugar y el tiempo, a fin de que estos hombres llegaran a adorar y proveyeran los recursos económicos (oro, incienso y mirra) para el viaje y la estadía de la familia en Egipto. Además, para dar paso a la profecía de Jeremías 31:15, que profetizaba la matanza de los niños, según narrada en Mateo 2:12-18, así como la salida posterior de José, María y Jesús de Egipto, según Oseas 11:1.
Por ende, no debemos hacer de un lugar y un tiempo específico
el motivo de nuestra adoración, sino a Jesús por haberse revelado a nuestra
vida. Según en la primera navidad Dios decidió revelarse a algunos y dejar en
oscuridad a otros, del mismo modo soberanamente hace hoy. Sobre los que desea
salvar trae luz e iluminación, con el propósito de ser guiados a Jesús para
salvación, mientras que a otros deja en las concupiscencias de su necio corazón
(Romanos 1:18-32).
La navidad no se centra en una estampa en un
pesebre (con los pastores) o en la casa (con los sabios de oriente), pues la
navidad se enmarca en la encarnación del Hijo para traer salvación a aquellos
que en la gracia del Padre y por medio del Espíritu Santo serían llamados a
salvación (Hebreos 2:10-17).
Pastor Rufat
lunes, 22 de diciembre de 2014
THE HANUKKAH HOAX
THE HANUKKAH HOAX
By Michael Hoffman
By Michael Hoffman
Christmas is a problematic time for Orthodox rabbis and their followers
since it celebrates the birth of the Jesus they hate. The rabbinic term
for Christmas Eve is Nittel Nacht, a night they regard as accursed.
There is a rabbinic tradition of refraining from marital relations on Nittel Nacht. According to Baal Shem Tov, the founder of Hasidic Judaism, to conceive a child on Nittel Nacht will result in the birth of either an apostate or a pimp.
The most prominent rabbinic custom commonly observed on Christmas Eve is
to abstain from “Torah” (Talmud) study. There is an anxiety that one’s
Talmud study may unwillingly serve as merit for Jesus’ soul,
corresponding to the teaching that Talmud study gives respite to the
souls of all the wicked.
Refraining from Talmud study on Nittel Nacht also serves as a
sign of mourning, corresponding to the rabbinic belief that Jesus “was
a false messiah who deceived Israel, worshipped a brick, practiced the
magic he learned in Egypt and was born of a harlot who conceived while
she was niddah (menstruating).”
There is a Talmudic custom of eating garlic on Nittel Nacht. The
reason for this is attributed to the odor of the garlic which is reputed
to repel the demonic soul of Jesus, which is supposed to wander on
Christmas Eve like Scrooge’s dead partner Marley (cf. the rabbinic text Nitei Gavriel Minhagei Nittel).
Another widespread rabbinic custom in Orthodox Judaism is to make
toilet paper on Christmas Eve, a practice made popular among Hasidic
Judaics by the Chiddushei Harim (cf. Reiach Hasade 1:17).
Contrast these grostesque Nittel Nacht mockeries from the lowest
septic tank in hell, with the heavenly story of the Holy Family in
Bethlehem — the radiant Virgin and child, humble shepherds, and angels
offering glad tidings of peace on earth to men of good will. Frankly,
there is no comparison between Talmudic Judaism and true Christianity,
and those who attempt to assert that Christianity has ecumenical
similarities with the religion of the Talmud, are more deluded than the
degraded practitioners of Nittel Nacht themselves.
In 2014 Nittel Nacht is not in effect because December 24 falls
on the last night of Hanukkah. Consequently Hanukkah will be observed in
lieu of the usual Nittel Nacht blasphemies.
What is Hanukkah?
Hanukkah is a Talmudic holiday that is celebrated cursorily in the
Israeli state and observed in the United States as competition for
Christmas, in order to symbolically assert the supremacy of Klal Yisroel (the Judaic people) over the rest of humanity.
The secret of Hanukkah was disclosed by Rabbi Levi Isaac ben Meir of
Berdichev (renowned as “the Kedushat Levi” after his eponymous
treatise), a prominent eighteenth century halachic (legal) authority. Rabbi Meir revealed a secret known only to a few: that lighting the Hanukkah menorah does not commemorate the victory of the Biblical Maccabees.
The arcane traditional doctrine of Chazal (i.e. the “sages” of the Talmud) concerning
Hanukkah is that it commemorates God’s “delight in the Jewish people”
themselves, and their vainglorious celebrations.
The secret teaching of Hanukkah is that “God” supposedly provided a mythical eight days of oil not as a means of facilitating a victory, or of guaranteeing the successful completion of a sacred duty, but rather as a sign (halacha osah mitzvah), of
His continuing adoration of the Judaic people, which all the rest of us
are supposed to emulate, as we in fact do, whenever we allow a menorah
to be erected where a Nativity scene is banned.
Hanukkah is Talmudism’s principal weapon, after the “Holocaust,” for
injecting the religion of the Talmud into the civic life of our nation
during the month of December, at a time when Christianity and its
symbols, such as Nativity scenes, are increasingly marginalized or
banned completely from the public square, in favor of menorah lightings,
“Sanny Claws” and the collective jingle of cash registers and credit
card machines. The lower Jesus, Mary and Joseph are made to descend
during the Christ Mass season, the higher the Menorah and the Judaic
self-worship it represents, rises.
In the religion of Judaism, the Hanukkah menorah is the symbol of the
supreme position which Talmudic People supposedly occupy in God’s eyes.
The Hanukkah menorah is not a symbol of a Biblical occurrence. Hanukkah
is a man-made Talmudic tradition intended for self-idolatry. It
represents the victory not of the Maccabees over the pagans, but of the
selective memory of the rabbis over history.
Hanukkah is an enduring commitment to the dark racial and religious
conceit of the rabbinic and Zionist Judaics, disguised as holiday light
and cheer for all, and as such it is a kind of abbreviation for and
summation of the strange god of self-adulation which is the central idol
of the votaries of Orthodox Judaism and the central violation of the
First Commandment of Exodus 20:3 לא יהיה־לך אלהים אחרים על־פני.
miércoles, 17 de diciembre de 2014
Aprendiendo a esperar y a tomar sabias decisiones...
Lamentablemente, vivimos en un mundo egoísta, individualista y hedonista. En el mismo, se piensa primero en uno, se busca cómo obtener el mayor beneficio sobre alguien o algo y cómo experimentar gozo, placer, alegría, o satisfacción, entre otros, usando a otros, sin pensar o considerar el daño que se pueda causar. ¿Podríamos llamar a eso amor? Ciertamente, NO.
El verdadero amor, no sólo se demuestra con actos, expresiones y acciones de cariño, sino que también debe evidenciarse cuando aquél a quien amamos no nos corresponde como es debido o quisiéramos. José pensó que lo mejor era romper con la relación secretamente y creyó que tal vez, ese sería el mejor final, sin embargo, Dios tenía otro plan. Dicho plan consistía en pedirle a José que confiara y tomara a María por esposa.
Es posible que tal vez, esté pensado en cómo decidir sobre algún asunto importante. Le invito a orar, a meditar y sobre todo, a no dar rienda suelta a las emociones y a los sentimientos, pues si José se hubiera dejado dirigir por ellos, no hubiese actuado conforme al plan de Dios. Pídale a Dios que aclare sus pensamientos y le muestre lo que es mejor. Recuerde, que únicamente Dios, conoce lo que es mejor para usted, lo cual siempre estará ligado a la realización de su plan o de su voluntad.
Bendiciones…
Pastor Gilberto Rufat
miércoles, 10 de diciembre de 2014
EL EVANGELIO PROMETIDO
EL EVANGELIO PROMETIDO
Rev. Gilberto Rufat
“Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras”. (Romanos 1:1-2, énfasis mío)Si le preguntamos a la mayoría de los creyentes que significa el evangelio, encontraremos respuestas como éstas, entre otras:
1- Buenas noticias
2- La buenas nuevas de Dios
3- El mensaje de la salvación
4- Jesucristo
5- El mensaje del Nuevo Testamento
Todas y cada una de ellas son verdades relevantes y aspectos importantes en cuanto al significado del evangelio. Sin embargo, pocos creyentes podrán de manera inmediata relacionar el mensaje del evangelio con las santas Escrituras del Antiguo Testamento. Por ende, el mensaje del evangelio no es uno nuevo en el Nuevo Testamento. Esto es de suma importancia por varias razones.
sábado, 6 de diciembre de 2014
¿Cuándo fue escrito Apocalipsis, antes del 70 o después?
Esta litografía de
Robert Davis, del siglo XIX, recrea la conquista de Jerusalén por las legiones
romanas al mando de Tito, hijo del emperador Vespasiano, en el año 70 d.C.
¿Cuándo fue escrito Apocalipsis,
antes del 70 o después?
Rev. Gilberto Rufat
“Entonces me fue dada una
caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo
de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 2Pero el patio que
está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a
los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses”.
(Apocalipsis 1:1-2)
Mucho se ha debatido sobre la fecha en la que fue
escrito el libro de Apocalipsis. Sin embargo, todavía sigue siendo importante
establecer una fecha aproximada a los eventos, que a Juan le fueron revelados. He
aprendido que a modo de poder identificar, entender o aproximarse a un evento,
a una fecha o algo que se desea conocer, una de las mejores formas es partiendo
de lo conocido. No tenemos que saberlo todo y nadie lo espera, por eso debemos
partir de aquello que sí conocemos y que puede ser constatado. En este caso y
relacionado con la fecha en la que fue escrito el libro de Apocalipsis, hay un
evento que consta en los anales de la historia y que no se trata de
especulaciones o de malabares hipotéticos, me refiero, al año en el que fue destruido
el Templo, el año 70 dC. De manera, que si podemos determinar en la lectura del
libro de Apocalipsis alguna referencia o alusión al Templo y a su estado,
sabremos si fue escrito antes del año 70 después de Cristo o posteriormente.
Uno de los capítulos del libro que nos ayuda a
establecer de manera inequívoca la fecha es el capítulo 11, ¿Por qué? Si el
libro de Apocalipsis fue escrito alrededor del año 95 bajo el gobierno de Diocleciano,
el Templo tendría que estar en ruinas, por ende, no habría más sacrificio. No
obstante, a Juan se le manda a medir el Templo, el cual estaba en pie. El
pasaje reconoce que se llevaban a cabo ofrendas, ya que, habla de adoración en
el Templo. Pero, todavía más importante, se detallan los 3 años y medio en donde
se cumpliría la profecía de Jesús en Mateo 24.
“Cuando Jesús salió del
templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del
templo. Respondiendo él, les dijo: ¿Veis todo esto? De cierto os
digo, que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”. (Mateo
24:1-2)
A Juan le fue revelado que la ciudad sería atacada
durante cuarenta y dos meses, esto es, por 3 años y medio. El historiador judío
Flavio Josefo coloca la fecha de la guerra contra los judíos desde mediados del
66 al 70 dC, en donde el Templo fue destruido por los romanos bajo el mando del
general Tito, en el tiempo del emperador Vespasiano, quien era su padre. El
problema surge en una fecha posterior al 70 dC, ya que, como mencionamos, después
de esta fecha solo quedaría lo que Jesús dijo “piedra sobre piedra”, pues todo
estaba destruido. Además, después del 70 dC no hace falta que se levantara un tercer
Templo, pues el Templo de Dios hoy es la iglesia, de la cual, cada creyente es
piedra. Y a esto, debemos añadir, que tampoco hace falta más sacrificios, pues Jesús
es el sacrificio perfecto, predestinado por Dios y consumado dentro de su
tiempo, para salvación de los que habrían de creer al evangelio. Por
consiguiente, podemos establecer que Apocalipsis fue escrito antes del año 70
dC, por cuanto el templo estaba en pie, se estaban llevando sacrificios, a Juan
se le dijo que midiera el Templo y se habla de la destrucción no como un evento
pasado, sino como una calamidad futura.
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