El amor: Un camino más excelente
1Corintios
13
Introducción
En 1ra. Corintios doce, el apóstol Pablo habla
acerca de la unidad y diversidad de funciones del cuerpo de Cristo, esto es la iglesia.
En el capítulo trece expone que aunque los dones suplen las necesidades de los
santos, estos por sí solos no pasan de ser un servicio o una actividad
realizada, si no son manifestados con amor. Pablo, mediante el uso de una
hipérbole poética, muestra que el trabajo más duro, la entrega más dada y la
expresión más sublime no pueden sustituir la obra del amor.
La importancia
del tema surge debido a la carencia del amor en la iglesia de los corintios. Las
divisiones, contiendas, falta de corrección al pecado, entre otras, evidenciaban
su carencia. Por ende, aunque la iglesia no tenía ausencia de ningún don, no
estaba siendo edificada de manera saludable como el apóstol enseña en el
capítulo catorce. Donde se pierde de vista la preeminencia del amor como
fundamento y unidad del cuerpo, se estrangula el crecimiento o la edificación
de la iglesia.
I. La necesidad de ser entendidos
“Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no
tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.” (v.1)
El
verdadero amor habla con claridad, no esconde nada y desea ser entendido. Por
consiguiente, Pablo presenta que no sirve de nada poder dominar muchos idiomas
o aún hablar como ángeles, si los que nos escuchan no pueden entendernos. Sin embargo,
el problema presentado no es por razón de desconocimiento del lenguaje
escuchado, sino por la carencia de amor en el mensaje comunicado.
El
apóstol no está tratando de establecer que existiera algún tipo de lenguaje
angelical en la iglesia de los corintios como un don, sino que hace uso del
mismo para enfatizar el punto con relación a la necesidad del amor en la
comunicación del mensaje.
II. el conocimiento solo no basta
“Y si tuviese profecía, y entendiese todos los
misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase
los montes, y no tengo amor, nada soy.” (v.2)
¿De
qué nos sirve saber mucho acerca de algo, si tal conocimiento no contribuye a nuestro
bien o al de alguien más? La predicación o la enseñanza del evangelio no es una
exhibición del conocimiento aprendido sobre el mismo. La meta en la
comunicación del evangelio es la proclamación del amor de Dios en Cristo, para
salvación de todos los que creen.
III. El sacrificio y la entrega no lo son todo
“Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer
a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de
nada me sirve.” (v.3)
El
sacrificio y la entrega son de poco provechoso a otros, si antes no se ha
entregado la persona a quienes los ofrece.
IV. Características del verdadero amor
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene
envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;” (v.4)
1)
Sufrido – es
paciente.
2)
Benigno – es
puro en su intención.
3)
No tiene envidia - no
es movido por los celos, se goza en la superación de los demás.
4)
No es
jactancioso
– no se vanagloria. El verdadero amor no tiene como finalidad evidenciar ser
mejor que aquel a quien se ama.
5)
No se envanece – no
busca reconocimiento.
“no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se
irrita, no guarda rencor;” (v.5)
6) No hace nada indebido – no es indecoroso o
impropio.
7) No busca lo suyo – no busca o va en pos
de lo suyo, no es egoísta.
8) No se irrita – no es
susceptible al estado de ánimo o a las circunstancias, no es grosero ni hostil.
Mantiene la compostura en los momentos difíciles, tiene dominio propio.
9) No guarda rencor – no lleva la
cuenta de los males que ha sufrido, no trama hacer daño o producir dolor.
“no se goza de la injusticia, mas se goza de la
verdad.” (v.6)
10) No se goza de la injusticia – no se
alegra del infortunio o del dolor ajeno.
11) Se goza de la verdad - no engaña, se
muestra tal cual es.
“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo
lo soporta.” (v.7)
12) Todo lo sufre – se muestra
fuerte ante el sufrimiento.
13) Todo lo espera – no es dado al
desánimo.
14) Todo lo soporta –es resistente y
firme.
“El amor nunca
deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la
ciencia acabará.” (v.8)
15) Nunca deja de ser – El verdadero
amor no es pasajero.
Conclusión
La mayor evidencia de la plenitud de Dios en
la vida de la iglesia, así como en lo personal, no son los dones recibidos, los
talentos que poseemos o las habilidades que tengamos, sino el fruto del
Espíritu y el mayor de ellos, es el amor. No es lo que decimos, conocemos o
hacemos lo que trascenderá y contará como buenas obras en la eternidad, es la
razón y la motivación de las mismas. Si el amor a Dios debe ser evidenciado por
nuestra obediencia en todo lo que hacemos, entonces, el amor al prójimo debe
ser expresado por nuestra valoración y respeto en lo que realizamos.
Bendiciones.
Pastor Gilberto Rufat
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